Netflix es una caja de sorpresas. Últimamente no para de utilizar la nula promoción de sus productos como estrategia para, precisamente para promocionarlos. A través del boca a boca, lo usuarios de la plataforma nos vamos contando qué merece la pena ver en ese mar de títulos. Incluso para alguien como nosotros, que escribimos sobre series y tenemos controlados los estrenos de todos los meses, hay cosas tan maravillosas como Supongamos que Nueva York es una ciudad, que se nos escapan de vez en cuando.
Pretend It’s a City, Supongamos que Nueva York es una ciudad en España, es una serie documental que sigue a Fran Lebowitz, la famosa escritora, contadora de anécdotas y cómica que comparte sus fascinantes historias sobre la ciudad de Nueva York junto a una persona tan especial como es el director Martin Scorsese. En cada episodio, Lebowitz da rienda suelta a sus divagaciones sobre cosas como las distracciones mortales, los inconvenientes del metro, el terror en Times Square, los riesgos de ser escritora, la alegría del sonido Motown o de aquella vez en la que Charles Mingus la persiguió por la calle.
Como decía, fueron las referencias de gente a la que sigo por las diferentes redes sociales las que, de alguna manera, me crearon la necesidad de acercarme a este documental. Pero amando Nueva York como la amo y estando detrás mi querido Martin Scorsese, me decidí a verlo. La serie trata sobre conversaciones que Lebowitz y Scorsese han tenido a lo largo de los años, como conferencias que han ido dando juntos o escenas grabadas para este documental como algunas que transcurren en un bar.
Para quien no conozca a Fran Lebowitz, decir que es una escritora, humorista y contadora de anécdotas, sobre todo. En esta faceta es en la que más destaca junto en la de dar sus opiniones sobre todo lo que le molesta, que como buena neoyorkina, es casi todo. Pero lo mejor es que todo lo cuenta con una gracia tremenda, con humor inteligente y a veces con una lógica tan aplastante que es imposible no estar de acuerdo con ella. Tiene la capacidad de hablar de figuras históricas o artistas mundialmente conocidos como si fueran vecinos de un pueblo en el que se conoce todo el mundo.
Fran Lebowitz, y esto es alucinante, porque lleva viviendo en Nueva York desde los años 70 hasta ahora, conoce a todos los artistas y gente famosa e importante de la ciudad, desde Andy Warhol al propio Scorsese como a Sinatra o las principales estrellas del jazz. Ha estado en todas las fiestas de la gran manzana en los últimos 50 años. Tiene anécdotas inagotables y una forma de ver la vida un tanto especial. A todo el que le guste Nueva York y se divierta con las historias de una snob que odia a la gente a cada paso que da, se la recomiendo encarecidamente.
Supongamos que Nueva York es una ciudad consta de siete episodios de media hora que no merecen la pena ser contados (por mí), sino disfrutados en su conjunto y en los que, no sólo aprendemos sobre la figura de esta mujer, sino también sobre la historia de esta ciudad y su gente. También una visión específica sobre una infinidad de temas de la mano de una persona audaz, que a ratos te hace sentir inteligente a ti también, pero que la mayoría del tiempo te hace sentirte tonto, para que no despegues los pies del suelo.
Supongamos que Nueva York es una ciudad está disponible completo bajo demanda, en Netflix
El cine y las series de televisión son mi pasión, aunque la Edad de Oro de la pequeña pantalla me conquistó sobre todas las cosas. En Cultura Seriéfila analizo toda ficción que lo merezca con una dosis muy alta de opinión. También me podéis escuchar en el podcast de Cultura Seriéfila y eventualmente en La Jungla Radio.