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‘Supongamos que Nueva York es una ciudad’: Fran Lebowitz por Fran Lebowitz

'Supongamos que Nueva York es una ciudad' es una serie documental sobre Fran Lebowitz disponible en Netflix

Netflix es una caja de sorpresas. Últimamente no para de utilizar la nula promoción de sus productos como estrategia para, precisamente para promocionarlos. A través del boca a boca, lo usuarios de la plataforma nos vamos contando qué merece la pena ver en ese mar de títulos. Incluso para alguien como nosotros, que escribimos sobre series y tenemos controlados los estrenos de todos los meses, hay cosas tan maravillosas como Supongamos que Nueva York es una ciudad, que se nos escapan de vez en cuando.

Pretend It’s a City, Supongamos que Nueva York es una ciudad en España, es una serie documental que sigue a Fran Lebowitz, la famosa escritora, contadora de anécdotas y cómica que comparte sus fascinantes historias sobre la ciudad de Nueva York junto a una persona tan especial como es el director Martin Scorsese. En cada episodio, Lebowitz da rienda suelta a sus divagaciones sobre cosas como las distracciones mortales, los inconvenientes del metro, el terror en Times Square, los riesgos de ser escritora, la alegría del sonido Motown o de aquella vez en la que Charles Mingus la persiguió por la calle.

Como decía, fueron las referencias de gente a la que sigo por las diferentes redes sociales las que, de alguna manera, me crearon la necesidad de acercarme a este documental. Pero amando Nueva York como la amo y estando detrás mi querido Martin Scorsese, me decidí a verlo. La serie trata sobre conversaciones que Lebowitz y Scorsese han tenido a lo largo de los años, como conferencias que han ido dando juntos o escenas grabadas para este documental como algunas que transcurren en un bar. 

Para quien no conozca a Fran Lebowitz, decir que es una escritora, humorista y contadora de anécdotas, sobre todo. En esta faceta es en la que más destaca junto en la de dar sus opiniones sobre todo lo que le molesta, que como buena neoyorkina, es casi todo. Pero lo mejor es que todo lo cuenta con una gracia tremenda, con humor inteligente y a veces con una lógica tan aplastante que es imposible no estar de acuerdo con ella. Tiene la capacidad de hablar de figuras históricas o artistas mundialmente conocidos como si fueran vecinos de un pueblo en el que se conoce todo el mundo. 

Scorsese y Lebowitz son los protagonistas y responsables de 'Supongamos que Nueva York es una ciudad'

Fran Lebowitz, y esto es alucinante, porque lleva viviendo en Nueva York desde los años 70 hasta ahora, conoce a todos los artistas y gente famosa e importante de la ciudad, desde Andy Warhol al propio Scorsese como a Sinatra o las principales estrellas del jazz. Ha estado en todas las fiestas de la gran manzana en los últimos 50 años. Tiene anécdotas inagotables y una forma de ver la vida un tanto especial. A todo el que le guste Nueva York y se divierta con las historias de una snob que odia a la gente a cada paso que da, se la recomiendo encarecidamente.

Supongamos que Nueva York es una ciudad consta de siete episodios de media hora que no merecen la pena ser contados (por mí), sino disfrutados en su conjunto y en los que, no sólo aprendemos sobre la figura de esta mujer, sino también sobre la historia de esta ciudad y su gente. También una visión específica sobre una infinidad de temas de la mano de una persona audaz, que a ratos te hace sentir inteligente a ti también, pero que la mayoría del tiempo te hace sentirte tonto, para que no despegues los pies del suelo.

Supongamos que Nueva York es una ciudad está disponible completo bajo demanda, en Netflix

’22 de julio’: errores humanos en el mejor país del mundo

'22 de julio' nos cuenta desde varios puntos de vista los atentados de Oslo y Utoya en 2011

«Noruega es el mejor país del mundo»

Con esta frase que puede parecer pretenciosa, y lo es, comienza 22 de julio. Que Noruega sea el mejor país del mundo o no realmente no importa tanto en el desarrollo de esta miniserie que analiza a una sociedad que no sabe reaccionar ante un atentado, una masacre de semejantes características. Es posible que ningún país esté preparado todas las mañanas para algo así, pero las expectativas pueden estar muy altas con el denominado «mejor país del mundo», ¿no creéis? Con este enfoque, Sara Johnsen y Pål Sletaune someten a Noruega a un examen a posteriori sobre los errores puntuales y como sociedad se pueden haber dado para que se respondiera de la forma en que se hizo, sino cómo se pudo crear un caldo de cultivo para que este asesino llegara a actuar.

Como decimos, 22 de julio nos cuenta la historia previa, durante y después de los atentados de Oslo y Utoya de 2011, que le costó la vida a 77 personas, perpetrado por el ultraderechista Anders Behring Breivik. Y lo hace tomando como testigos a varios personajes (inventados para la causa, como nos recuerdan en cada inicio de episodio), que representan a cada uno de los colectivos elegidos para hacer esa radiografía de la sociedad noruega. El periodismo, la educación, el servicio de urgencias de un hospital, la policía, un bloguero de extrema derecha y unas pinceladas de esa sociedad inmigrante tan denostada por estos grupos de fanáticos, son los colectivos elegidos para que sirvan de motor de la historia.

Como en todas las sociedades modernas, el problema de los recortes de gastos y esa creencia engañosa de que los servicios públicos deben ser rentables, también se deja notar en Noruega. La primera historia que me gustaría resaltar es la de la doctora Helga, que ve amenazado su puesto de trabajo y la planta de urgencias del hospital por motivos exclusivamente económicos. Las constantes visitas de los consultores y la falta de medios tienen a este servicio al borde del colapso, más aún con lo que está por llegar con el atentado. Su lucha, tanto profesional como personal es una de las tramas más conmovedoras, aunque no exenta de fallos, como ya veremos.

'22 de julio', la miniserie sobre los atentados de Oslo y Utoya de 2011. Disponible en Filmin

Asímismo, la historia del policía Eivind retrata los fallos de la policía, no sólo en lo referente a los atentados, sino también en cuanto a la ayuda de los necesitados como es el caso del niño que se cae por el balcón. Y vemos que el error no es sólo de este hombre sino que se trata de una cadena de errores propiciados por el propio sistema y sus imperfecciones. Otro de los retratos más significativos de 22 de julio es el trato exquisito que dan a la educación, que vemos que se resiente cuando un niño necesita más ayuda de lo normal, aunque también evidencia que los países nórdicos nos llevan una vida de adelanto en este asunto, sobre todo.

Quizás el acercamiento que más me ha gustado de la serie ha sido el del periodismo, porque primero es que el catalizador que mueve la historia. Anine y su compañero Harald representan el papel de la profesión en esos días tan complicados. Nos enseña lo difícil que es trabajar bajo toda esa presión y la necesidad de que, en un suceso de tal magnitud, los medios tienen que servir de ayuda al mismo tiempo que se necesita que sea incómoda en su afán de buscar la verdad. A ellos les toca investigar el perfil del terrorista, buscar esos fallos del sistema en la policía y el ejército en el caso de que los hubiera y también homenajear a las víctimas.

22 de julio es muy dura, tiene momentos en lo que las lágrimas está a punto de salir, otros de pura indignación, pero al mismo tiempo hay que reconocer el mérito que tienen sus creadores al no recrearse en escenas violentas. Pero el trabajo tan meticuloso que hacen con los personajes consigue que empaticemos como si hubiéramos estado en la zona cero del desastre. Todo está contado con agilidad, sin tramas insustanciales, al estilo que los noruegos nos están acostumbrando últimamente como es el caso de Home Ground, Nobel Caza de brujas

El papel del periodismo es muy importante en '22 de julio'

22 de julio es una de esas joyitas del catálogo de Filmin que nadie debería perderse, más que por diversión, diría que por aprender. Aprender de las barbaridades hasta las que los extremismos son capaces de llegar, a conocer a una sociedad que no estamos acostumbrados a ver en pantalla. Y aprender también a contar historias tan vastas como esta, que podría tener ramificaciones casi infinitas, en tan sólo seis episodios. Muy recomendable esta miniserie, no os la perdáis, por favor.

‘The Undoing’: ruinas, máscaras y mentiras

'The Undoing', la miniserie de HBO creada por David E. Kelley y dirigida por Susanne Bier

Profundas heridas, traumas, secretos que jamás salen a la luz, cubiertos bajo aquella máscara social que nos colocamos a diario. En este universo melodramático y terrenal, bordado con la fibra de rosas amargas, se encuentra The Undoing, un thriller psicológico, pasional, con un crimen de por medio y varios sinsabores en el camino. 

 

La reconocida y galardonada Nicole Kidman (Big Little Lies) interpreta a la psicóloga Grace Fraser, una popular especialista quien se gana la vida solucionando los problemas de parejas infieles, intentando reparar aquello que se oxida. Su marido, es un médico exitoso que trabaja en oncología, profesión que lo mantiene en permanente contacto con niños víctimas de cáncer. Este hombre, Johantan Sash (Hugh Grand, A Very English Scandal) es un tipo simpático, inteligente y  leal. En resumen: el padre ideal y el marido perfecto. Todo cambiará cuando la joven y hermosa  Elena Alves (Matilda de Angelis, Youtopia) se haga parte de sus vidas, provocando un inesperado suceso que pondrá de cabeza a los protagonistas. Esta auténtica tormenta afectará directamente al hijo de ambos, Henry (Noah Jupe, Extraordinario) y al mismo tiempo al padre de Grace, Franklin Renner (Donald Sutherland, Trust) quien se ocupará de proteger y tenderle una mano a la familia, aún estando en contra de muchas de las decisiones y acuerdos establecidos. Una vez puestos en la palestra, los involucrados se colocarán en manos de la abogada Haley Fitzgerald (Noma Dumesweni, El niño que domó el viento) una mujer calculadora y feroz, quien será partícipe de un juicio que será determinante en sus vidas.

The Undoing, sigue la senda lacrimógena del drama familiar. Un clan que lo tiene todo, en una compleja encrucijada que pondrá en jaque su futuro. Esta vez, el acento se coloca en  un concepto clave del entramado: la confianza. La sensación de seguridad, aquel confort que se distorsiona como una moneda lanzada que flota en la pecera, engañando al ojo de quien observa al otro lado del cristal. Lo que parece incorrupto, prístino y transparente, comenzará a agrietarse ante la más mínima pisada de mosquito, terminando en cientos de cristales punzantes y afilados. 

'The Undoing', la nueva miniserie de HBO está protagonizada por dos grandes actores, Nicole Kidman y Hugh Grant

La serie se vale de recursos intimistas, recuerdos creados, una sobredosis de primeros planos y un discurso sugerente, de diálogos clásicos, sin grandes volteretas, con un misterio un tanto plano en su argumentación. Los giros no llegan, y cuando llegan son tibios y un poco faltos de peso. A pesar de constar de buenas actuaciones, te deja la impresión de quedarse a media tabla, de no explotar un potencial que está presente y que se palpa, pero que acaba extraviado en vanidades narrativas. Te mantiene sujeto durante un rato prolongado, pero nunca echa las amarras, te insta a  vagar entre sus idas y vueltas, sus encuadres fotográficos, una figura caminante de rostro pensativo, o en el rictus o mirada que se quedan sólo en eso, en espuma que se va. La ola se retrae y jamás golpea contra el roquerío. La crisis que viven sus personajes, lucha por convertirse en una honda exploración de la psiquis humana, sus debilidades y catalizadores, así como en un tratado visceral de la pareja, los actos y pactos que conviven en la unión, la conciencia de la pureza y la verdad del amor. Y lo consigue entre cortinas. Lo ejecuta en fracciones, con elementos que funcionan y otros que no, intentando mezclar un sórdido policial con una tragedia romántica , más introspectiva y metafórica. Brilla como lo hace la polilla en la lámpara. Con un opaco resplandor. Al final, carece de vitalidad. Como un cuerpo maravilloso al cual se le ha drenado la sangre. No es una serie que vaya a no gustar. Se deja ver y sus aciertos, te mantienen alerta, encadenado a su evolución. Consigue deslumbrar con sólidas actuaciones, buenas tomas y momentos. Sin embargo, el enigma, el cerebro de su arquitectura, no consigue generar un impacto apabullante. Se nota cierto afán por expandir su misterio a base de tiempo, sumando escenas y marañas que no  se explican del todo, dejando la sensación de rellenar los espacios con trozos de masilla. Su encanto, enamora en su construcción refinada y elegancia, su fílmica sobriedad de paletas otoñales y encuadres depurados. No obstante, más allá de aquel horizonte, faltan trucos y trampillas que dejen huecos en la cabeza, que te dejen la impresión de haber pagado por observar una heroica opereta interpretada con pulcritud. 

Nicole Kidman es el principal reclamo de 'The Undoing', la última miniserie de HBO

The Undoing, es una correcta performance, una pieza que satisface, pero que da la impresión de no arriesgar demasiado, tomando una fórmula que no opta por la experimentación, sino que sigue los planos, desde a la A hasta la Z, sin órbitas extrañas.  Al igual que las emociones, nos disgustan sus decisiones, o las abrazamos como si fueran eslabones amados. Allí, en donde late aquel órgano que tenemos en el pecho, conviven los espejismos y la claridad de las aguas. Hay turbios manantiales, traiciones, moralidad disfrazada, y rostros que conviven con máscaras de bondad. Es un ramillete de ambiciones y quimeras, donde el  amor lucha por someter a la frivolidad y las culpas, peleando por no hincar la rodilla  ante la tentación, en su intento por aplastar la cabeza  de la serpiente en el jardín del Edén. Es en este proceso,  en esta guerra que afrontamos con el fin de acabar con los seductores fantasmas, cuando hallamos la razón. La razón que nos permite separar lo bueno de lo malo. El engaño del amor. Recoger las ruinas que guardamos en el fondo del alma, para reconstruir  desde abajo, porque aquello es la vida, quieras o no: decepcionarse, rearmarse, vivir el luto y continuar. 

 

‘Roadkill’: entre la política y la melancolía

 

'Roadkill', la nueva miniserie de Hugh Laurie para BBC que emite en España Movistar+

Luego de protagonizar Avenue 5, para HBO, Hugh Laurie regresa a la pantalla con Roadkill, una breve serie de cuatro capítulos, en donde el carismático actor de la ya mítica House, interpreta al político británico Peter Laurence, un hombre cuya vida oscila entre los quehaceres gubernamentales y las trampas, turbias negociaciones y dineros conseguidos por cuestionados favores nada correctos para un respetado ministro, sea de donde sea. En esta ensalada de situaciones, su intimidad dista mucho de  ser ideal,  con  una esposa, Helen (Saskia Revees, Wolf Hall) que vive en un limbo de conformidad, y dos hijas lejanas, Lily (Millie Brady, Teen Spirit) y Susan (Ophelia Lovibond, Elementary) cuyo afecto obtiene sólo a migajas. Este pulcro caballero se verá enfrentado a un juicio del cual deberá salir con la bandera de la impunidad entre las manos, teniendo el favor de una ciudadanía que cree en su integridad, pero que comenzará a dudar de sus valores en este tira y afloja de eventos. Aquí, entrará en escena la periodista Charmian Pepper  (Sarah Greene, Dublin Murders) quien buscará alinearse con Rochelle Madeley (Pippa Bennett-Warner, Gangs of London) buscando pistas sobre turbios aspectos de la carrera del político. Este deberá zafarse del entuerto, para luego enfrentarse con la Primera Ministra del país, Dawn Ellison (Hellen Mc Crory, The Queen) quien lo pondrá a prueba tras asignarle un nuevo puesto, totalmente inesperado y que le obligará a modificar sus planes y proyectos. 

La serie se toma su tiempo desde el capítulo uno, constando con un buen número de personajes que formarán parte de las subtramas, unas más relevantes que otras, conformando un  rompecabezas de bordes un tanto romos, en donde las piezas necesitan una pausa para encajar. El primer giro importante de Roadkill, llegará desde los cuartos y rejas de una prisión estatal, lugar en donde se encuentra prisionera por fraude la joven Rose Dietl (Shalom Brune-Franklin). La reclusa, luego de conocer la identidad de su padre biológico, buscará la manera de contactarse con él, generando una serie de efectos y nuevos arcos que acabarán por estallar en una inteligente movida, hacia el final de la temporada. 

Roadkill es una serie clásica en donde el estilo va de la mano con un guion elaborado, que se sustenta en la intriga y la exploración de los personajes en un acto coral, donde la virtud es como un arbusto pisoteado por la bota de la arrogancia. El poder y las ambiciones conforman un universo de verdades y mentiras, en donde se vive y respira en un permanente estado de vigilia, en una niebla que confunde y embriaga a la vez. En este ambiente, se balancean códigos e introspecciones, valores tambaleantes sobre la familia, el matrimonio y las relaciones con los hijos, uniones fraternales que se convierten muchas veces en instrumentos, o en meras formalidades en esta selva política que rodea al protagonista. Aquello es como un perfume que cautiva y descoloca en una misma probada. Un nido enmarañado de amantes, de convenientes delitos, de cobardes por elección, individualidades que contrastan con idealistas incomprendidos que no temen a  la verdad, renunciando a la seguridad, el confort y el conformismo. Es una sopa multiforme de fecundos títeres y titiriteros, cada quien con una llave en la  cerradura del guion.

Hugh Laurie encabeza 'Roadkill', miniserie original de BBC que emite Movistar+

Aquello no siempre resulta y puede resultar redundante. No aburrido, pero lento, como los pasos del perezoso. Falta carbón en la fogata y a veces las cenizas están prontas a extinguirse. Sin embargo, cuando logra picar en la vena correcta, consigue drenar interés, con deliciosa y brumosa melancolía. 

La historia de Roadkill logra un retrato acertado de la alta clase política, con sus animales y pieles de oveja, yaciendo sobre lomos de viejos lobos al acecho. Cada uno de los invitados va por su propio trozo de pastel. Algunos por necesidad, falta de amor o de vitalidad. Otros, por mera competencia o compensación. Son caballos en la meta, que levantarán el polvo necesario para conseguir la diadema de flores en el podio. Es cínica e incorrecta. A ratos, da balidos en falso que desvían la atención, para regresar luego al corral, con brotes de genialidad. No es un thriller crispante. Ni un melodrama social. Está en el medio del camino. Con un fino humor negro, diálogos mordaces y una nube de soledad, brisa que sustenta una atmósfera otoñal de colores sobrios y distinguidos. Nunca es honesta a cabalidad. Llena de momentos reflexivos que siempre levantan sospecha, pondrá en jaque la honestidad que pretende exponer, siempre al borde de dudas, burdos engaños o trampas, situación que nos  dejará entre dos aguas e interrogantes. 

Peter Laurence se enfrenta a la fiscal y a una periodista en 'Roadkill'

Peter, es un antihéroe limítrofe, que recibe balas y las dispara, admirado y cuestionado en su impecable traje oscuro, lleno de defectos, sobriedad a toda prueba, y presa de la ambición. No intenta salvarse ni salvar sus relaciones. Las acepta por lo que son: piezas necesarias que son parte de su motor, de su construcción personal y de su oficio. Con esta fachada, la serie nos plantea las imperfecciones de la moral, sin caer en dramatismos, siendo afilada como las puntas de una mesa fabricada para ser el centro de atención, en una reunión de altos mandos. Lo impropio y lo cuestionable, no se esparce con torpeza. Es meticuloso. Porque el juego está en aquello. Aprovecharse de la manipulación, el poder y las debilidades que todos arrastramos, no con obviedades cliché, sino con rostros seductores, promesas y sonrisas. No será un crisol de novedades narrativas. Es cierto. Sus recursos, son predecibles y reconocidos. Sin embargo, funciona. Basta un poco de paciencia para llegar al huerto de frutos, en donde te recompensan unas jugosas y sólidas actuaciones, de aquellas que no defraudan. 

Roadkill no ganará el cielo ni la santificación, al igual que su protagonista. Sin embargo, deja abierta la brecha para la evolución de su ecosistema. Y si te lo tomas con calma,  disfrutarás de esta figura que cojea de pronto, pero que sigue adelante con un bonito bastón. Creo que vale la pena otra buena taza de té acompañada de la cautivante personalidad del político. Esperemos que regrese, mucho más punzante y curtida, directo al populismo televisivo. 

‘Quiz’, la historia detrás de un fraude millonario

Charles Ingram (McFadyen) y Chris Tarrant (Sheen) en 'Quiz'

El concurso televisivo es un género propio dentro de las parrillas televisivas, de hecho, a lo largo de la historia muchos han sido líderes de audiencias. A día de hoy, en una televisión en decadencia, sigue siendo un producto rentable, actualmente tenemos muy buenos ejemplos en España y en el mundo. ¿Quién quiere ser millonario? ha sido uno de los más atractivos de los últimos años y ha inspirado ficciones como Slumdog Millionaire. Quiz, que se estrena hoy en Movistar+, es la recreación de cómo un matrimonio y su cómplice consiguieron hacer trampas para ganar ni más ni menos que un millón de libras.

Esta miniserie de 3 episodios de unos 45 minutos se emitirá el lunes 28, martes 29 y miércoles 30 de septiembre en Movistar+, en emisión simultánea a su canal original, ITV. Dichos episodios han sido dirigidos por el cineasta británico Stephen Frears, que se está especializando en miniseries, recordemos que también dirigió A Very English Scandal o la serie corta State of The Union. Delante de las cámaras tenemos actores de reconocida solvencia como Matthew Macfadyen (Succession), Sian Clifford (Fleabag), Mark Bonnar (Catastrophe) y un excepcional Michael Sheen, que consigue una imitación espectacular del presentador del programa Chris Tarrant.

Los Ingram consiguieron un millón de libras en 'Quién quiere ser millonario', leit motiv de 'Quiz'

Las tres partes o episodios de las que consta Quiz están muy bien diferenciadas. En la primera asistimos al nacimiento del formato, que para quien no lo sepa es original de ITV a través de la productora Celador, de Paul Smith. Este hombre consiguió vender un formato que se haría tan popular como para estar presente en 105 países. Al mismo tiempo, conocemos a los Ingram y su afición por los quiz shows. Diana y su hermano Adrian Pollock se obsesionan hasta el punto de presentarse varias veces para concursar. Ambos lo hacen, sin demasiado éxito, dejando el lugar a Charles, el menos interesado.

En el segundo episodio, Quiz nos cuenta la participación de Charles Ingram en Quién quiere ser millonario casi en exclusiva, en el que para mí es el mejor de los tres. Y creo que lo es porque el nivel de representación del programa real es asombroso. Si en el primero ya habíamos gozado con la interpretación de Michael Sheen, en el segundo se magnifica, pero también Matthew Macfadyen, que consigue mimetizar los gestos y la forma de hablar del verdadero Charles Ingram. De hecho, os dejo un vídeo que contiene la participación completa real del concursante.

El tercer episodio se centra en exclusiva en el juicio. Un episodio en el que la abogada defensora, interpretada por Sarah Woodward consigue sembrarnos la duda razonable sobre si de verdad hicieron trampas o no. Al mismo tiempo, vamos viendo las consecuencias que para la familia ha tenido el desgraciado suceso, que incluyen insultos, agresiones y risas en torno a las toses que supusieron el fraude. De hecho, en el mismo juicio hay una escena cargada de humor al respecto.

La miniserie contiene toda la calidad que se le presupone a la ficción británica. La ambientación de finales de los 90 y principios de los 2000 es impecable, mención especial para la recreación del plató, la ropa, etc. Pero donde más brilla Quiz es en la labor de sus actores y actrices, que consiguen una mímesis asombrosa con los personajes reales, apostando más por los gestos, acentos y forma de hablar que en el propio parecido físico. También destaca la dirección de Stephen Frears, un director muy clásico, muy sobrio, pero que consigue sacar detalles originales en sus obras, así como crear situaciones humorísticas en medio de todo el drama. Una mezcla de géneros que no llega a ser tan acusada como en A Very English Scandal, pero que también se nota.

Charles y Diana Ingram en 'Quiz', que se emite en Movistar+

En definitiva, Quiz es muy recomendable tanto para el que supiera al dedillo esta historia de fraude millonario, como para el que no haya oído hablar de ella, como era mi caso. Comprobar después en YouTube la historia verdadera es otro ejercicio que recomiendo como guinda a esta entretenida miniserie.

‘Desplazados’, el drama de los refugiados descoloca al espectador

Yvonne Strahovski protagoniza 'Desplazados', el drama de refugiados de Netflix

Hoy se estrena en Netflix Desplazados (Stateless), miniserie de seis capítulos de unos 50 minutos de duración qué está haciendo mucho ruido a nivel internacional por varios motivos. Uno de ellos ha sido el enorme éxito que ha tenido su estreno en la ABC Australiana, y otra razón son los nombres que están detrás y delante de las cámaras. Está co-producida y co-creada  por Cate blanchett, que también tiene un papel junto a Dominic west (The Wire, The Affair) e Yvonne Strahovski (la mala malísima Serena de El cuento de la criada), sobre la que recae el peso de la serie y lo hace con una nota de sobresaliente.

Desplazados hace una crítica a los centros de detención de inmigrantes muy parecida a la que veíamos hace poco en Eden, serie estrenada por Filmin. Evidentemente con una producción mucho más cuidada y un mayor presupuesto, lo que ha hecho que llegue a más público. En esta ocasión, para hacer dicha crítica, utiliza la historia de cuatro personajes que se cruzan en un centro de detención australiano, pero a diferencia otras producciones no solo son historias de inmigrantes que pueden quedar más alejadas de nuestra realidad. En esta ocasión suman a la ecuación varios personajes del «primer mundo»,  haciendo que el menos empático llegue a pensar que tomando un par de malas decisiones en la vida puede verse en una situación parecida. 

Una familia afgana está en el centro de la trama de 'Desplazados'

Para ello utiliza la historia real de una azafata de vuelo de clase alta, que por distintos motivos como la no aceptación de su familia o sus trastornos afectivos y mentales harán que acabe completamente absorbida por una secta. Esto le lleva a tomar unas cuantas decisiones erróneas que la harán dar con sus huesos en el centro de detención. Allí también nos encontramos la historia de una familia de afganos que intenta llegar a Australia para darle un futuro mejor a sus hijas. Además se cruzan las vivencias de la directora y uno de los vigilantes del centro que tendrán que luchar con sus conciencias, ya que saben que los métodos utilizados en dicho centro no son los más éticos y que realmente están enfocados en recibir subvenciones y mantener el mayor número de inmigrantes retenidos en el centro. Otro caso más de un centro regentado por una empresa privada a la que le importan más los números, que insertar a estos inmigrantes en la sociedad.

En un principio la narrativa puede parecer errónea ya que va mezclando las distintas historias y a modo de flashbacks nos va contando cómo cada personaje ha llegado hasta allí teniendo al espectador perdido por la falta de datos. Con esto consigue que nos sintamos desplazados y perdidos como están los protagonistas al no saber en muchas partes del metraje como han llegado hasta el lugar o tiempo en el que se está narrando. Una vez vista al completo me parece uno de los mayores aciertos de la serie. Como es comprensible además de estas cuatro historias, veremos a su alrededor las de muchos otros inmigrantes que por distintas razones llevan años y años encerrados en este centro sin saber cuál será su futuro.

Los trabajadores del centro de detención de inmigrantes también tienen protagonismo en 'Desplazados'
STATELESS (L to R) ASHER KEDDIE as CLAIRE KOWITZ and DARREN GILSHENAN as BRIAN in episode 102 of STATELESS Cr. LISA TOMASETTI/NETFLIX © 2020

El caso real en el que se basa destapó en Australia más de 200 casos similares de gente detenida negligentemente y nos acerca una realidad que pensamos que es muy lejana, pero que realmente está ocurriendo en todos los países (entre ellos el nuestro), donde hay centros de éste tipo. Mientras la veía, durante gran parte del metraje me vino a la mente aquel magnífico capítulo sobre la inmigración de Years & Years (quien la haya visto sabrá a cuál me refiero) pero aquí más desarrollado. Estoy seguro que Desplazados hará las delicias de los amantes de  series con trasfondo social y a mi personalmente me ha parecido de lo mejor que se ha estrenado este año.

Desplazados está disponible completa bajo demanda en Netflix

‘Deep Water’: mentiras diluidas en agua

Filmin estrena hoy la miniserie original de ITV, 'Deep Water'

Parece que las plataformas y productoras están empeñadas en confundir al espectador con los nombres (como ya comenté en un artículo anterior sobre Pure), y lo han vuelto a hacer con esta miniserie que se llama igual que una australiana de 2016 y una o dos películas. En esta ocasión nos referimos a la Deep Water que se estrena de forma completa hoy en Filmin. La serie consta de seis episodios de unos 45 minutos de duración y se trata de la última producción de la guionista de Mrs. Wilson, Anna Symon. Vista por más de 6,3 millones de espectadores en Reino Unido y comparada por su temática una vez más con Big Little Lies, como una de las últimas series que hemos analizado, Little Fires Everywhere.

ITV puso a disposición de los espectadores los seis episodios de golpe en su plataforma de streaming ITV Hub por primera vez en su historia, lo que le ha llevado a un enorme éxito de audiencia. Deep Water está protagonizada por Anna Friel, Sinead Keenan y Rosalind Eleazar, que interpretan a tres amigas que deben hacer equilibrios para conjugar familia y trabajo, y cuyas vidas da un vuelco cuando la hija de una de ellas desaparece misteriosamente. Con está excusa de la desaparición empiezan a surgir miles de mentiras y medias verdades que ocultan tanto ellas como sus familias y amigos que las rodean. En un principio todos estos secretos ocultos parecen nimiedades pero según van confluyendo entre ellas, descubrimos los secretos de cada personaje y empiezan a interactuar entre ellos la serie despega y de que manera al saber todo lo que ocultan y la frustración y desesperación que supone el ocultar tantas mentiras y vemos como esto afectará a sus vidas .

Anna Friel, Rosalind Eleazar y Sinead Keenan protagonizan 'Deep Water', de estreno en Filmin

Con una fotografía perfecta y un nivel técnico muy alto, rodado con mucha calidad nos vamos adentrando poco a poco en esa red de mentiras que analiza la serie: infidelidades, apariencia, educación de los hijos, diferencia de clases sociales y esa envidia que nos hace desear lo que no tenemos y no valorar lo que nos pertenece. Este cóctel la convierten en una buena propuesta que va más allá de comparaciones ya que con Big Little Lies solo comparte temática.

La disfrutarán mucho los amantes de esas series de madres y las mentiras que les rodean, y cómo luchan para mantener sus familias unidas. Y en las cuales se nos hace siempre una crítica de la sociedad en la que vivimos.

Deep Water está disponible completa bajo demanda en Filmin

Nos quemamos con David Tennant en ‘El incendio’

Filmin estrena la esperada nueva miniserie protagonizada por David Tennant

Una de las incógnitas que planeaban sobre el mundo seriéfilo era quién se quedaría con el estreno en España de Deadwater Fell, titulada en nuestro país El incendio. Se trata ni más ni menos que la última serie protagonizada por David Tennant (Doctor Who, Broadchurch…), un actor que solo con su presencia hace subir enteros a una serie. Todos sus fans estaban deseando saber donde podrían ver su último trabajo .

Hoy día 19 de mayo se estrenará en Filmin y la plataforma vuelve a hacerse con el estreno de una serie muy esperada que consta de cuatro capítulos de unos 45 minutos de duración, lo que hace que se vea rápidamente. El incendio es un thriller dramático escrito por Daisy Coulam (Grantchester), que ha cosechado excelentes críticas en Reino Unido, donde se emitió el pasado mes de enero, y que yo pude ver durante su emisión.

El relato de El incendio está ambientado en una pequeña y muy unida comunidad de Escocia sacudida por un trágico accidente, el incendio en casa de Tom Kendrick, el admirado médico de cabecera local. En el incendio fallecen su esposa y sus dos hijas, pero los primeros descubrimientos alrededor del incidente revelan que esta aparentemente modélica familia escondía oscuros y escalofriantes secretos.

La serie en sí no está mal, explota todos los elementos que suelen hacer a la perfección las ficciones británicas: pueblo pequeño, sospechosos conocidos o incluso familiares, una gran fotografía y una música que poco a poco te va metiendo en el drama y en el misterio que suele envolver a estas narraciones. Las actuaciones están sobresalientes todas, aunque destaca como siempre David Tennant que asume su papel a la perfección.

David Tennant protagoniza 'Deadwater Fell' ('El incendio'), que se estrena en Filmin

Hasta aquí todo bien, pero a mi parecer la miniserie utiliza una narrativa equivocada en la cual se nos muestra el incendio y sus consecuencias: muertes, sospechas, etc. Y a partir de ahí se nos cuenta cómo han llegado hasta ese punto cada uno de los personajes utilizando dos líneas temporales o flashbacks. Para mí, completamente desacertada esta forma de contar la historia ya que desde el primer capítulo podemos intuir quién es el culpable, lo que hace que pierdas interés y ese viaje que debería hacerte empatizar, odiar, o sospechar de todo lo que se te está mostrando. Lo único que te queda por descubrir son las razones que llevaron al sospechoso o sospechosa a cometer este acto tan atroz.

Para mi una narrativa lineal le hubiera hecho ganar enteros, ya que viviendo en primera persona la evolución de las distintas relaciones, hubiera hecho que tus sentimientos fueran in crescendo y el final te abriera las carnes, que es lo que intentan esté tipo de producciones. En resumen, El incendio es una buena serie, muy entretenida, que te robará poco tiempo pero que no pasará a la historia. A mi entender el intentar liar la historia hace que la familia protagonista no sea la única que se queme, si no también provoca que el espectador se queme ante tanta evidencia.

El incendio (Deadwater Fell) está disponible completa bajo demanda en Filmin

‘The Accident’, dramón británico en estado puro

La nueva mini serie de Filmin es 'The Accident', creada por Jack Thorne y protagonizada por Sarah Lancashire

El pasado 26 de noviembre, Filmin estrenó una de las mini series más vistas este año en el Reino Unido. Se trata de The Accident, una ficción original de Channel 4 de cuatro capítulos de 45 minutos de duración. Además viene avalada por grandes nombres delante y detrás de las cámaras.

La serie ha sido creada por Jack Thorne y protagonizada por Sarah Lancashire (Happy Valley) y Sidse Babett Knudsen (Borgen), está ambientada en un pequeño pueblo galés sacudido por una catástrofe que ha acabado con la vida de ocho niños y un hombre, tras el derrumbe de una gran construcción que debía traer riqueza y puestos de trabajo a la zona.

La serie va al grano desde el minuto uno sin andarse estirando tramas , es un dramón típico inglés con todas las letras que hará las delicias de los amantes del género, no en vano está tras ella Jack Thorne, uno de los guionistas británicos de moda gracias al éxito de The Virtues, La desaparición de Kiri, o National Treasure, todas disponibles en Filmin. Además, está presente como guionista de una de las series que más está dando que hablar últimamente, LaMateriaOscura, que se puede ver en HBO España.

Enorme tragedia la que ocurre en el primer episodio de 'The Accident'

Tiene todos los complementos que harán disfrutar (o sufrir) a todos los que les guste este tipo de series: buenos diálogos, ambientación en pueblo pequeño que mezcla su belleza con una atmósfera asfixiante y un giro de guión en el capítulo final, que quien conozca este tipo de series británicas sabrá de lo que hablo .

No en vano se ha convertido en el mejor estreno de toda la historia de Filmin desde que anda operando desde 2007 Este éxito viene dado al interés en traer los productos doblados el mismo día del estreno lo cual agradecen buena parte de los suscriptores que ven en versión doblada.

‘Years and Years’: una ‘distopía’ muy real

'Years and Years', una de las miniseries más destacadas del año

Hoy hablaremos de una de las mejores miniseries de 2019, producción original de BBC y que en España podemos disfrutar a través de HBO. Aunque parezca imposible, aún tenemos el poder de sorprendernos con una buena historia distópica, pero factible, en la que un posible futuro cercano nos acecha y la indiferencia es un precio muy alto. Se trata de Years and Years, en la que vemos el mundo a través de los ojos de los Lyons, una familia de clase media inglesa y cómo afrontan los cambios sociales, desde el año 2019 hasta una década posterior.

Entre el fabuloso plantel de actores, tenemos a Rory Kinnear (Stephen), T’Nia Miller (Celeste), Anne Reid (Muriel), Ruth Madeley (Rosie), Jessica Hynes (Edith), Russell Tovey (Daniel), Maxim Baldry (Viktor) y Emma Thompson (Vivienne Rook), entre otros. La serie ha sido creada, por el guionista británico Rusell T. Davies, que nos ha dejado joyitas como Queer as Folk, Banana, Cucumber, Tofu y la gran A Very English Scandal.

En esta serie se conjugan el lado más nefasto de las políticas populistas, los adelantos tecnológicos, la homofobia y la xenofobia, aderezado con la caída de los mercados financieros y el extremo control del gobierno en situaciones de ámbito doméstico. Una dura crítica a los incidentes que ya estamos viviendo ahora en el llamado primer mundo.

Con Years and Years, he tenido una montaña rusa de sentimientos encontrados. Por un lado, experimenté la desconfianza a la tecnología, como lo mostrado por Charlie Brooker y su genial Black Mirror, donde los asistentes virtuales y altavoces inteligentes, monitorizan cada paso que damos y son testigos de nuestras conversaciones más íntimas. En otro momento, con la historia de Viktor y Daniel, tuve rabia, impotencia y mirando con otros ojos a los emigrantes y refugiados. O con la vida laboral caótica de Stephen y sus micro-empleos basura, después de la pérdida de todos sus ahorros. Con la difícil vida de Rosie, madre soltera con 2 hijos y padeciendo espina bífida, donde la burocracia limita su pequeño negocio y convirtiendo su barrio en una zona fortificada por la policía, para evitar el libre movimiento de los ciudadanos de segunda, me recordó a los inicios de los ghettos judíos en Alemania. Pero con el activismo de Edith, donde pone en riesgo su vida, y aunque no lo parezca, es un granito de arena para el cambio y la transformación, logré empatizar con esos que quieren un mundo mejor.

Emma Thompson tiene un papel secundario, pero muy importante en 'Years and Years'.

Uno de los grandes momentazos de la historia, es el discurso de Muriel, la abuela de los Lyons, que nos hace pensar en lo que estamos haciendo y cómo somos cómplices de todo lo que pasa y lo que ocasionamos con esas acciones. Ya estamos en una sociedad convulsa, debemos aprender de los errores y las malas decisiones, cuando compramos algo o votamos a determinada corriente política, sin cuestionarnos quién está detrás y que consecuencias tienen sus propuestas sociales y económicas. La tecnología puede ayudarnos, pero no debemos perder nuestra esencia humana y sobre todo, valorar nuestras libertades que ya hemos ganado, que después será muy tarde.

Years and Years está disponible bajo demanda en HBO España.