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Categoría: Opinión

Premios Feroz 2025: series premiadas y opinión

Los Premios Feroz 2025 se celebraron en Pontevedra

Este pasado sábado 25 de enero se celebró la gala de entrega de los Premios Feroz, una ceremonia marcada por su ubicación, ya que se llevó hasta Pontevedra, en una tendencia que celebro, esa que descentraliza las entregas de premios, como también viene haciendo la Academia de Cine español desde hace unos años.

La Academia de Informadores Cinematográficos de España incorpora desde hace varios años premios para las series de televisión, que es realmente lo que nos interesa en este blog. La conocida como la antesala de los Premios Goya, se equipara un poco a los Globos de oro en Estados Unidos y ha ido ganando importancia hasta considerarse la segunda entrega más importantes del panorama nacional.

Vamos a lo que nos incumbe, que son las series de televisión, con dos categorías para las propias series, comedia y drama, pero sin distinción en las categorías de guion e interpretaciones, que mezclaron a actores por un lado y actrices por otro.

‘Querer’ se puede considerar como la gran ganadora de la noche, pues consiguió el galardón a Mejor drama, Premio DAMA al mejor guion para Alauda Ruiz de Azúa, Eduardo Sola y Júlia de Paz; y la de actriz protagonista para Nagore Aranburu. Nada que objetar al resultado de las votaciones, ya que el nivel de la serie de Movistar+ en estos tres aspectos es tremendamente alto.

En el lado masculino, el mejor actor protagonista recayó en Oriol Pla por ‘Yo, adicto’, la serie que más me gustó y así voté para el Especial de Mejores Series del año que hicimos en el podcast. Muy contento en este sentido también con el premio, era muy difícil superar lo de Pla. Sin embargo, el trabajo de todos los demás fue sobresaliente y habrían sido justos ganadores igualmente. Como justo fueron también los premios a los actores secundarios. En categoría femenina, seguimos con ‘Yo, adicto’ y el sensacional trabajo de Nora Navas, que realmente tiene un papel más lucido que sus compañeras nominadas. En la categoría masculina, me ha hecho especial ilusión que Pol López por su papel en ‘Nos vemos en otra vida’, una serie que no ha hecho el ruido que merecía, pero que es una pequeña gran joya.

Por último, y no menos importante, ‘Celeste’ ganó como la Mejor serie de comedia, un premio justísimo a pesar de que la serie escrita Diego San José, Daniel Castro y Oriol Puig se adentra con sutileza en el drama.

En líneas generales, los Premios Feroz 2025 en cuanto a series de televisión han estado muy acertados bajo mi punto de vista, aunque también es verdad que el nivel de la ficción televisiva española ha sido tan alto que estaría diciendo lo mismo en el caso de que los premiados fuera casi todos los demás. Esperemos que esta racha no acabe aquí y sigamos teniendo años tan buenos como el que acaba de terminar.

La autocancelación de Netflix

Retomamos la actividad de la web, desactualizada desde el año pasado por falta de tiempo (mea culpa), para comentar uno de los asuntos más controvertidos de los últimos años en lo que a plataformas de streaming se refiere. El fin de las cuentas compartidas de Netflix ya es un hecho y las consecuencias de dicha decisión todavía no las sabemos. En este artículo voy a tratar de desgranar algunas de las claves detrás de esta decisión y de paso aventurarme un poco en lo que puede ser el futuro de la compañía.

Es difícil que si estás leyendo este artículo no sepas lo que ha ocurrido en torno a las cuentas compartidas de Netflix. De todas formas, por dar un poco de contexto vamos a contar brevemente la decisión de la plataforma. Fue a principios de febrero de 2023 cuando el gigante rojo anunció el fin de las cuentas compartidas, algo técnicamente prohibido por todos los servicios de streaming pero permitido de facto por todos. Casi ninguna ha alentado a sus usuarios a seguir esta práctica, pero desde las cuentas de Twitter de Netflix se animaba a ello a suscriptores que no tenían dinero para pagar la mensualidad, e incluso lo tomaban como ejemplo de demostración de amor y amistad.

¿Por qué Netflix ha sido la primera?

Solo hay un motivo para explicar la controvertida decisión, y no es otra que la económica, obviamente. Pero ganar más dinero es una explicación que se queda en la superficie y no profundiza en los porqués. El modelo de negocio de Netflix es el streaming y solo el streaming, no gana dinero de otra forma, a diferencia de sus competidoras. Por poner dos ejemplos, Apple vende teléfonos, ordenadores y tablets, y su plataforma Apple TV+ es un valor añadido a su negocio. Seguro que pierden dinero, pero pueden mantenerlo gracias a sus diferentes fuentes de ingresos. Al igual que Disney tiene el merchandising, los parques de atracciones, cruceros y mil cosas más. De hecho, Disney+ pierde muchísimo dinero y se espera que sea así al menos hasta 2024.

Otro de los motivos es la crisis actual de las empresas tecnológicas, provocada por el fin de la pandemia y los confinamientos que tuvieron en casa de forma obligatoria y sin otra cosa que hacer que sentarse a ver series o películas. La pérdida de suscriptores derivada de que volvamos a salir a la calle era obvia y esperada, pero el mercado no opina lo mismo, muy listo él para algunas cosas pero muy torpe para prever una caída semejante. Lo sabían, claro, pero no es problema de los inversores, hay que ganar más dinero que en 2020 y 2021, da igual las circunstancias, aquellos beneficios exagerados son cosas del pasado. Si hay que subir los precios, se suben, si hay que eliminar las cuentas compartidas, se hace, y si hay que cancelar series que gustan a los que pagan, se cancelan. David Simon dijo una vez: «que se joda el espectador medio», él lo dijo, Netflix lo llevó a cabo.

Holt McCallany y Jonathan Groff protagonizan Mindhunter, de Netflix

Dicha cascada de decisiones, a cuál más lesiva para los intereses de los que pagan la fiesta, ha provocado un enfado generalizado en redes sociales más que en las calles. Los pantallazos de los correo de confirmación de bajas son la consecuencia directa de la decisión de la plataforma. Son llamativos, sí, pero no nos engañemos. ¿Hasta qué punto afectará a los números el «éxodo masivo de suscriptores»? A nivel económico dudo que se resientan las cifras por mucha caída que hayan sufrido sus acciones, ya subirán. Y además solo ha sido implementado en cuatro países.

El enfado de los suscriptores

Parte del enfado de muchos de los suscriptores de Netflix, entre los que me incluyo, y compartido además, no son solo las subidas constantes de precios, o esta decisión de acabar con las cuentas compartidas, sino la bajada drástica de la calidad en las producciones de la plataforma. Abocada a auto producir contenido después de que todas las productoras importantes fundaran sus propias plataformas, Netflix siguió produciendo productos importantes más allá de House of Cards y Orange Is The New Black. Poco a poco se fue dando cuenta de que las producciones locales estaban dando unos resultados muy buenos, tanto a nivel de cada país como a nivel global. Habían dado en la clave: producir contenido local con vocación de volverse universal, así como explorar diversos nichos que eran público objetivo de la plataforma. El resultado a toro pasado es obvio, un fracaso a nivel creativo y artístico aunque no tanto a nivel de resultados económicos.

No se puede producir en base a lo que diga el Dios algoritmo, y claro, la consecuencia directa de eso son series calcadas las unas a las otras, estrenos masivos enfocados casi todos al público young adult que tanto les gusta y proliferación de telenovelas y realities. Solo le faltaba la publicidad para ser Telecinco, y todos le sujetamos el cubata. Efectivamente, Netflix se ha convertido en una cadena en abierto que busca contenido para todos los públicos, y cuando éste no cuadra según sus estrictos criterios numéricos los cancela sin que le tiemble el pulso. De ahí a las lamentables súplicas de actores y creadores para que viéramos sus productos para que no fueran cancelados, incluso Neil Gaiman (creador de The Sandman), ¡habrase visto!. Ver para creer, justo de lo que huimos los seriéfilos hardcore en su día: las series vacías de las cadenas en abierto y las cancelaciones que se daban en éstas.

'Maldita', una reinvención de la leyenda del Rey Arturo, se estrena hoy en Netflix

Pero, y es un pero muy gordo, Netflix llegó la primera a la fiesta, la organizó y nos invitó a ella. Dicho de otra forma, nos creó una necesidad de la que muchos no pueden salir. Los motivos son muy diversos, desde el masoquismo hasta la demanda de sus hijos adolescentes, pasando por los amantes de los realities y las amantes de las telenovelas. El usuario medio, el que no sabe ni siquiera que existe HBO Max, seguirá fiel a Netflix, es la única que paga y tampoco le va a suponer un exceso en sus cuentas mensuales. Para otros, la cantidad aportada es una auténtica millonada para lo que la plataforma le da a cambio, siendo la más cara de todas y la que peor contenido ofrece, ambas con diferencia, además. Por si no teníamos suficiente, Netflix es la única plataforma que te hace pagar más si quieres ver en resolución 4K, que tiene un plan básico mediante el cuál ni siquiera puedes ver el contenido en Full HD y que hay que pagar por su suscripción con publicidad, que según los estándares americanos (en cuanto a la competencia), debería ser gratis.

Parecen razones suficientes para que una persona que más o menos controla lo que ofrece el mercado del streaming cancele su suscripción. Todas ellas me parecen clamorosas, pero hablando en primera persona, el bajón de calidad en el contenido me parece clave porque la decisión de acabar con las cuentas compartidas se puede comprender con criterios económicos, incluso las diferentes modalidades de suscripción. Pero dichos criterios no pueden comprometer el contenido, porque ninguna de estas decisiones a corto plazo puede influir la percepción de la mayoría de suscriptores, pero un empeoramiento de la imagen de marca puede resultar fatal a medio o largo plazo.

Si quieres conocer nuestra opinión sobre el fin de las cuentas compartidas de Netflix en formato audio, te invito a escuchar este episodio de nuestro podcast:

Animación para adultos en tiempos de Netflix

 

Series de animación para adultos en Netflix

Cuando hablamos de “animación para adultos” muchos se llevan las manos a la cabeza y se imaginan a monstruos japoneses teniendo sexo brutal con tentáculos a jovencitas robot en uniforme escolar. Bueno… eso existe no lo voy a negar, pero ¿y si acaso fuese algo mas sincero, real y abundante que solo sexo? ¡La puñetera vida real! Os pongo un ejemplo: Si recordamos aquel día de 1989, aquella época pre Internet, pre memes o Twitter cuando en nuestros televisores aparecieron unos seres amarillos los cuales llegarían -para quedarse- y romper los esquemas de la animación hasta ese momento y que sin saberlo o quererlo (al menos conscientemente) cambiaría y nos acompañaría a todos nosotros durante 30 temporadas; no nos pudiésemos siquiera imaginar que serian los padres u abuelos de una avalancha digital que dejaría al reinado de Disney o Nickelodeon relegado a niños de pañales. En ese momento, había nacido la animación para adultos.

Cuesta imaginar la una conversación donde no incluyamos algo que hayamos visto en Los Simpson o que Homer haya hecho o no, alguna vez, ya que como sabemos, la realidad es mucho mas grotesca que la ficción. Luego de esto han llegado algunos buenas y otras no tanto que han dejado una huella o cicatriz en nuestras conciencias: South Park, Padre de Familia, American Dad o Happy Tree Friends o Ren & Stimpy por poner algunos ejemplos.

Rick y Morty es una de las series de animación para adultos más exitosas de Netflix

Lo que ha pasado con estas series es que se han quedado en un formato ‘obsoleto’ que los ha llevado a alguna de ellas a su autodestrucción y es lo estático de una cadena de TV mainstream en los tiempos que vivimos, nosotros, seres de Internet que vivimos, respiramos, comemos y digerimos de contenido vía streaming y muchas veces en formatos portátiles ofrecidos por HBO, Netflix, Amazon Prime Video, Youtube, etc. Así que ¿por que esperar el miércoles a las 21.00 a que la CBS -o Neox aquí en España- emita el episodio de turno o la repetición cuando lo puedes tener al alcance de un click en tu dispositivo móvil? De allí es que Netflix se ha dado cuanta que aquellos niños o jóvenes que empezamos a ver Los Simpson y que veníamos de Mazinger Z o The Thundercats ¡ya somos mayores! Y mejor aun, ¡con suscripción a la plataforma! Y vaya, que más que ansiosos de contenido animado “de calidad” para adultos.

Netflix mas que ninguna de las otras plataformas de streaming, ha visto este filón y ha estado mas que acertado. Sabemos que ellos quieren ser una ‘churrería de contenido’ es decir, tener todo y de todo. Pero ¿también pudiéramos considerarla como productora o lanzadera al menos de contenido de animación de calidad? ¡Apostaría mi sombrero a que si! Producciones originales como F is for Family, (Des)encanto, Big Mouth, Rick and Morty, Paradise PD, BoJack Horseman o la mas reciente Super Drags nos sugieren que la gente de Los Gatos, California han lanzado un dardo a un target especifico y es que como dije antes, nos hemos vuelto mayores y exigimos contenido de calidad, mas allá que sean animados o no, hay un mercado gigantesco de lo surreal, sarcástico e irreverente. Ademas de que la nostalgia que siempre atrae a los compradores compulsivos de merchandising.

Una de las grandes apuestas en cuanto a animación para adultos de Netflix

No podemos decir que que la animación para adultos esté en su punto mas alto, al menos en Europa, porque aun tenemos el estigma, el tabú de la animación occidental, para público occidental, es destinado para un público infantil o joven [como por ejemplo pongo delante a los cientos de padres/madres que llevaron a sus hijos a ver una película de animación al cine llamada “La Fiesta de Las Salchichas” (2016)] cuando todo lo contrario, nosotros los ‘adultos contemporáneos’, léase mayores de 30, demandamos un abanico de posibilidades para hacer un hueco en nuestro binge watching y que por otro lado, yo, personalmente, lo considero sano y necesario para cambiar de registro. Con esto no quiero decir que tenga que ver como un ratón huye de un gato o un robot destruye casi la mitad de Japón para ‘protegerlo’ de Monstruos Mecánicos… vaya si me he ido lejos, pero ha llovido mucho y producciones dramáticas como BoJack Horseman, científicas y humorísticas/dramáticas como Rick and Morty o sencillamente hilarantes y actuales como Regular Show (Historias Corrientes) así lo demuestran.

Afortunadamente, y lo digo con la cabeza en alto ¡Larga vida a Netflix y su política de a por todo y de todo!

‘Élite’, la internacionalización y la identidad cultural de nuestras series

'Élite' ha sido el gran bombazo español tras 'La Casa de Papel'.

A estas alturas ya no nos quedan dudas de que Élite ha sido uno de los éxitos más importantes del otoño seriéfilo mundial. Los españoles, cainitas como ningún país en el mundo, siempre lanzamos piedras contra nuestra ficción, pero resulta que nuestras series y películas gustan a nivel global. Netflix se ha dado cuenta de ello, pues los datos que tienen deben revelarlo así, y no creo que sea simplemente algo puntual como La casa de Papel, debe ser algo generalizado. Entonces la pregunta es, ¿hacemos buena ficción o hemos aprendido a internacionalizar nuestros productos audiovisuales para que trasciendan más allá del mundo hispanohablante?

Internacionalización

Sabemos que Netflix suele dar a los creadores mucha libertad a la hora de escribir y rodar sus obras para la plataforma, sobre todo en el caso de grandes showrunners. Pero no me creo que en casos como el de Élite, no revise o supervise nada de lo que se está haciendo. Debe haber alguien encargado de que la serie, en este caso, contenga todos los ingredientes para que sea exportable, de la misma forma que los productos americanos. O puede que los productores ejecutivos hayan aprendido todas esas técnicas, que también es posible, porque son unos creadores de productos para adolescentes de eficacia probada.

Kiernan Shipka protagoniza 'Las escalofriantes aventuras de Sabrina'.

En el caso de Élite, el tratamiento de temas universales está presente, como la homosexualidad, la opresión de los ricos hacia los pobres, la religión, etc. Algo que parece estar estandarizado en toda ficción producida por Netflix, como ejemplo muy reciente véase Las escalofriantes aventuras de Sabrina, donde también tenemos representación de todos los colectivos. Y eso es bueno, no me quejo. Pero también ganchos como el asesinato, o la narrativa al estilo Big Little Lies (que tampoco la inventó la serie de HBO, pero es el referente más cercano que tenemos). También las taquillas, el conducir a los dieciséis y la sensación de que aunque los pobres sean pobres, no lo son lo suficiente.

Industria vs. identidad cultural

Las manifestaciones artísticas y productos de entretenimiento son hijos de su tiempo y de su contexto, por tanto son cultura. Si un historiador se pone a ver cine clásico español, o americano, tiene una prueba fehaciente del tiempo en que están hechas, un objeto de estudio. Es por eso que si globalizamos las series, podemos perder identidad cultural. Si analizamos un poco Élite, hay pocos rasgos definitorios propiamente españoles, como por ejemplo la corrupción y las constructoras y lo que les rodea. Pero se quedan en pinceladas que dan muy poco trasfondo, podría ocurrir en cualquier país.

En cambio, esta internacionalización de nuestras series no hace sino desarrollar nuestra industria audiovisual en un momento en el que las plataformas y cadenas han aumentado significativamente su inversión en este tipo de productos audiovisuales. Y eso es bueno, maravilloso para la economía del país, para valorar a los guionistas y actores como se merecen, puesto que muchos de ellos estaban en el paro o cobrando salarios muy por debajo de su valía. Y por supuesto no tiene nada de malo que salgamos reforzados de este boom global de ficción.

'La casa de papel', una de las series más exitosas de Netflix

Entonces mi conclusión es que sí, vamos a producir muchas series en los próximos años que bien podría ser holandesas, británicas o americanas, pero eso repercutirá en la industria, además de que nuestros profesionales estarán mejor formados y recibirán mejores ofertas para dirigir o escribir ficciones a nivel internacional. Ya tenemos a alguno por allí pero podremos tener más. Y lo mejor de todo, la identidad cultural seguirá a salvo, porque no todo lo que se produzca será de consumo masivo y rápido, sino que también conseguiremos colar productos más artísticos como los que hace Movistar+ o los que puedan hacer en un futuro Amazon o HBO, que ya tienen series en producción. Y cuya vocación es priorizar la calidad a la cantidad. Por tanto, vaticino que todo esto será positivo y deberíamos estar contentos por ello.

Análisis de la primera temporada de ‘Iron Fist’ y trailer de la segunda

No queda nada para el regreso de la segunda temporada de Iron Fist a la pequeña pantalla, una de las 5 grandes colaboraciones de Marvel y Netflix junto con Daredevil, Jessica Jones, Luck Cage y The Punisher. En su primera temporada pudimos ver como un Danny Rand, hijo de un poderoso multimillonario, llega a Nueva York a recuperar lo que le pertenece quince años después de un fatídico accidente de avión donde él fue el único superviviente. La primera temporada está dividida en dos tramas principales, por una parte el intento de recuperar lo que por derecho de herencia le pertenece y por otra parte su lucha con una organización criminal llamada ‘La Mano’, haciendo de este su principal objetivo.

Los primeros 5 o 6 episodios de la primera temporada son cómo un quiero y no puedo, ya que se centra mas en como puede Danny recuperar su herencia por lo que nadie sabía por donde iba a tirar la trama ya que los episodios están algo mal estructurados y los finales algo incongruentes, eso quizás fue lo que nos hizo decantarnos un poco por un sentimiento de profunda decepción. A partir del episodio 7/8 la cosa empieza a mejorar, empezamos a ver mas acción y unos episodios algo mas trabajados, aunque como bien nos explicó en su día nuestro compañero Miguel Romero en otro articulo, la serie en su primera temporada deja mucho que desear por lo que un aprobado raspado es lo máximo que se merece.

La idea fue buena pero no terminaron de llevarla bien a cabo, ni la música, ni la actuación de Finn Jones como Danny Rand/Iron Fist estuvieron acordes a lo que los fans de los cómics esperábamos y el villano principal tampoco estuvo a la altura de las expectativas, cabe destacar eso si la actuación que a mi parecer fue notable de la actriz Jessica Henwick que interpretó a Colleen Wing y de Wai Ching Ho interpretando a Madame Gao. Creo que todos nos esperábamos un poco mas de acción, ya sabemos que Netflix se toma las series con calma y que tardan mas de lo necesario en plantear la trama principal, cosa que para algunas series está muy bien pero no para esta.

 

En otro orden de cosas, una vez visto el trailer oficial de la segunda temporada podemos dilucidar que tendremos un nuevo villano a la altura de Danny Rand, un hermanastro criado con él en K’un Lun, cuyo objetivo es hacerle ver mediante métodos poco ortodoxos que que su puño de hierro está para usarlo y no esconderlo.

Podemos ver también la consolidación de la relación amorosa entre Danny y Colleen que tanto estábamos esperando. Personalmente y una vez visto el trailer de la próxima temporada creo que vamos a ver a un Iron fist mucho más suelto (como el Iron Fist que vimos en algún episodio de la segunda temporada de Luke Cage) y a un Danny Rand mas seguro de si mismo. Viendo cómo fue la primera temporada, la cosa solo puede ir a mejor y esperemos que por el bien de la serie y por su continuidad, sea así.

‘The Americans’: primer vistazo a su temporada definitiva

Este no es un artículo de review al uso no lo esperéis todas las semanas. Aunque también os digo que no será el último. The Americans es una serie con muchas capas y de cada episodio podría escribir un texto interesante pero el formato review me parece aburrido tanto para el que escribe como para el que lee. Sea como sea me gustaría plasmar por aquí las ideas que voy sacando de los episodios, sin compromiso semanal.

Este artículo contiene spoilers hasta los episodios 6×01 y 6×02

The Americans ha jugado al despiste con nosotros desde el principio, marcándonos ciertas pautas mediante las cuales el espectador podía establecer una cronología de cómo más o menos iba a acabar la serie. Al principio, Joe Weisberg y Joel Fields, sus creadores, nos planteaba un juego del gato y el ratón entre los Jennings y su nuevo vecino, Stan Beeman, que casualmente era agente de contrainteligencia del FBI. Pero durante cinco temporadas ha estado latente y todavía puede aflorar, pero si acaba estallando será por una chispa de casualidad, más que por una investigación concienzuda en la que va estrechando el cerco, como sí ocurría con frecuencia en Dexter. Pero no sería la primera vez que las tramas se entierran para siempre.

La otra línea inicial de conflicto fue la deserción, planteada desde el primer episodio. Ésta sí nos ha ido dando pistas, aunque puntuales, durante toda la serie hasta que al final de la quinta temporada fue un tema que estaba realmente sobre la mesa. Philip ha sido el que ha llevado la idea en la cabeza todo el tiempo, seducido por el estilo de vida americano y también pensando en el futuro de sus hijos, que debían crecer con las ventajas que el capitalismo les ofrecía. Al final, parece ser que la Central se volvió más aperturista y le concedió el deseo de retirarse tras no poder soportar más la carga que supone un trabajo de tales características.

Los protagonistas de The Americans afrontan la última temporada de forma muy diferente

Y entonces llega una elipsis que nos traslada a 1987, a las puertas de la cumbre en la que se eliminaron los misiles balísticos nucleares y convencionales, es decir, éste y otros tratados marcaron el principio del fin de la Guerra Fría. Confirmamos que Philip dejó el espionaje para centrarse en la agencia de viajes, dejando todo el peso sobre los hombros de Elizabeth, que además tiene que formar a Paige. La hija mayor ya es independiente, va a la universidad y ha asimilado su rol en la historia. O eso parece. Así, tenemos a las mujeres llevando la parte dura y a los hombres de la casa viviendo el sueño americano. Esta elipsis temporal echa por tierra muchas de las teorías que elucubrábamos para el final de la The Americans, o al menos las camufla muy bien. Sea cual sea éste, va a haber drama, eso seguro.

En estos dos episodios, la acción se ha activado desde la Unión Soviética mediante Oleg Burov (cuánto me gusta este personaje), que lleva tres años fuera del KGB y recibe la visita de Arkady Ivanovich, qué bueno volver a verle. Éste le pide que vuelva a Estados Unidos para convencer a otro retirado, nuestro querido Philip, de que espíe a su esposa, que indirectamente puede sabotear el gran paso que Reagan y Gorbachov están a punto de dar. En una serie como The Americans, donde las tramas rara vez se cruzan, es un placer cuando ocurren este tipo de crossovers. Sinceramente no esperaba que los guionistas nos tuvieran preparado un juego de espionaje interno entre los Jennings, que puede dar pie a un dilema moral de esos que pueden provocarnos un infarto, de los que nos pueden doler tanto como les duele a ellos. Hablo del deber de Philip de delatarla o deternerla y, por tanto, de la dichosa pastillita del colgante de Elizabeth. Por eso digo que movernos en ese territorio puede ser sufrido y angustioso como espectadores.

Paige y su madre tienen una charla muy particular sobre sexo en The Americans

Por último, Paige se mueve como pez en el agua como aprendiz de espía. Una alumna aventajada de la maravillosa Claudia, que damos gracias a que haya vuelto para quedarse hasta el final. Hasta ahora combina pelucas con su vida universitaria haciendo labores de primero de espionaje, como pasar información, vigilancia y poco más. En el segundo episodio le pregunta a Elizabeth si hay que llegar a acostarse con gente para conseguir sus objetivos y ella responde que no salvo contadas excepciones. Eso fue antes de ver a su madre con la cara manchada de sangre y sesos. -Vete Paige, vuelve a tu posición. Sigue con el plan-, le respondió. Todavía tienes mucho que aprender, pequeña.

La dichosa cumbre va a marcar una fecha límite para The Americans, una escalada de acontecimientos que esperamos que precipite los momentos de más tensión, que no han sido pocos. Pero no es una serie de fuegos artificiales así que no espero que los guionistas se vuelvan locos. Todavía es pronto para saber si será un final en alto o anticlimático. A estas alturas para mí es lo de menos, he disfrutado tanto durante estos años que lo que hayan planeado Joe Weisberg y Joel Fields bien hecho estará. Tendrán más noticias mías de aquí al final de los diez episodios que componen la sexta y última temporada

The Americans se emite en España en FOX Life, en V.O.S en la madrugada de viernes a sábado a las 3.30h. La versión doblada se estrena el 15 de abril.

 

 

¿Debemos esperar mucho del regreso de ‘Twin Peaks?

Sheryl Lee, David Lynch, Kyle MacLachlan y Sherilynn Fenn en la neva Twin Peaks

Quedan horas para que la nueva Twin Peaks alce el telón y la expectación está en unos niveles nunca vistos. La campaña publicitaria de Movistar+ está siendo muy intensa, con una programación especial donde David Lynch tiene un papel protagonista absoluto. A estas alturas todos sabemos que es el evento seriéfilo del año, pero casi nadie sabe qué nos vamos a encontrar exactamente. La promoción se ha basado en unos cuantos teasers y tampoco tenemos detalles del argumento, ni siquiera una pequeña sinopsis de la que podamos tirar del hilo. Resulta admirable que en la era del smartphone se haya conseguido guardar un secreto tan celosamente.

Hace más de un mes se publicaba este artículo en El País, en el que su autor, Eneko Ruíz Jiménez, pronosticaba que Twin Peaks será un fracaso basándose en que la libertad que da Showtime a David Lynch puede hacerla más minoritaria, más onírica, incomprensible y demás adjetivos que se suelen aplicar a su cine. Y tiene razón porque quien abandonó la serie tras la resolución del asesinato de Laura Palmer, también abandonará esta tercera temporada, aunque vuelvan. Porque la nostalgia es poderosa, y lo saben los productores, que llevan años resucitando películas y series.

Pero siguiendo esta argumentación, ¿qué consideramos fracaso? Obviamente, para Showtime lo será si no consigue recuperar la enorme inversión que ha hecho para traerla de vuelta, incluido el sueldo de Lynch, para quien habrá sido todo un éxito sí o sí. Pero nosotros nos debemos ocupar de lo nuestro, de ser espectadores. Habrá algún sector de la audiencia a la que la nueva Twin Peaks se le haga muy cuesta arriba, pero su numerosa legión de fans estarán contentos si al director no le sale un despropósito como fue su última película, Inland Empire. Y a nivel de crítica, si estéticamente es poderosa (no tengo dudas de ello) y si Mark Frost consigue frenar un poco a Lynch a nivel de guión, será todo un éxito. 

El final de Twin Peaks nos dejó a Cooper siendo poseído por Bob

¿Qué nos vamos a encontrar en Twin Peaks 2017?

Como hemos dicho, nadie sabe realmente lo que nos vamos a encontrar. Yo me puedo aventurar a grandes rasgos a dar mi opinión. No creo que nos vayamos a encontrar una locura sin sentido lynchiana, más que nada porque porque Mark Frost es el otro 50% de Twin Peaks, algo que a menudo se obvia injustamente. La influencia del creador de Canción triste de Hill Street es mayor de lo que la gente piensa. Tampoco creo que la libertad de Lynch haya sido tan total como para dar al traste con el proyecto. La colección de ceros de su cheque con Showtime debería llevar una cierta autocensura por su parte implícita (o igual incluso por escrito).

Soy muy optimista, aunque mantengo a raya las expectativas. El factor nostalgia se usa para vender muy bien los productos, pero a menudo se suele caer más en el homenaje, en los guiños y referencias a las series originales, que en crear una buena historia que enganche a los fans de toda la vida, pero también a los nuevos. Éste es mi mayor miedo, a juzgar por el amplísimo reparto lleno de caras conocidas. Por un lado temo que los papeles de grandes como Laura Dern o Naomi Watts sean meramente testimoniales y tengan poco que ver con la historia, pero por otro temo que las caras nuevas se lleven más minutos en pantalla que las del cast original, como creo, a excepción de Kyle MacLachlan.

Reparto de la nueva Twin Peaks

En líneas generales, creo que vamos a ver una serie más correcta e interesante de lo que muchos esperan. A nivel artístico, de ambientación, musical e interpretativo tengo pocas dudas de que va a ser impresionante. Mi consejo es que se afronte el visionado de los dos primeros episodios con la mente abierta y las expectativas controladas, dejarse llevar por el universo Twin Peaks y hacer poco caso a las opiniones del cuñado de turno.

¿Qué te ha pasado, ‘The Walking Dead’?

Mover a la papelera

The Walking Dead, cómo ha cambiado la gran serie de zombies

Hace unas semanas se despedía hasta octubre The Walking Dead, una de las series que más controversia está generando en la blogosfera y las redes sociales. El debate sobre su calidad está en boga ahora que sus defensores más acérrimos (entre los que me encuentro) también empiezan a cansarse de su lentitud, sus capítulos de relleno, personajes que no van a ningún sitio y una trama muy previsible. En algún punto del camino, la serie de AMC (FOX en España) se ha convertido en Smallville, es decir, sólo ocurren cosas en el primer y último episodio de la temporada. Ha llegado el momento de hacernos unas preguntas.

Nuestra percepción de The Walking Dead

Es posible que muchos de nosotros hayamos crecido viendo películas de zombies y en el momento en que llegó The Walking Dead nos fascinó la idea de trasvasar el género a la televisión. Después de un comienzo prometedor capitaneado por Frank Darabont, la serie entró en una dinámica en la que los personajes intentaban establecerse en un sitio seguro sin éxito. Se convirtieron así, temporada tras temporada en un grupo errante, nómadas exprimiendo todo lo que el terreno podía ofrecerles y marchándose a otro sitio en cuanto la cosa se ponía imposible.

Entonces, la psicología de los personajes y su adaptación a la nueva realidad del mundo fue lo que más me interesó de The Walking Dead, por encima de la acción, de los zombies y de los villanos de turno. Ese momento introspectivo se produjo desde la huida de la cárcel hasta la llegada a Alexandria. Muchos fans creen que éste momento es el más aburrido de la serie, más que nada porque hay poca acción y muertes. Yo discrepo porque es durante la sexta y la séptima temporada cuando la serie entra en tierra de nadie. Capítulos vacíos de contenido, tramas estiradas hasta el aburrimiento y personajes mal desarrollados.

Llegados a este punto, tras analizar por qué no me han gustado la sexta y la séptima temporada, he descubierto que tampoco hay tantas diferencias con las demás. Entonces me hago la pregunta que creo que todos debemos hacernos: ¿The Walking Dead siempre fue una serie mediocre, o es que me he cansado de ella y la veo de forma diferente? Claramente, la serie se está agotando a marchas forzadas, por más que sigan ocurriendo cosas interesantes o que la imaginación de Kirkman en el cómic siga ofreciendo ocurrentes formas de morir o algún que otro villano temible, su momento ya pasó y todo lo que queda a partir de ahora será una trayectoria descendente.

Negan y los cliffhangers

Jeffrey Dean Morgan es Negan en The Walking Dead

Negan tiene su parte de culpa en la depresión colectiva tras la séptima temporada. La aparición «estelar» del nuevo villano (a mí no me pareció nada interesante, como expresé tras el 6×16) no era suficiente como para supeditar toda la sexta entrega a su «inminente» aparición. Las altas expectativas que nos crearon jugó en contra de la ficción, que tenía un reloj en cuenta atrás que nunca llegaba a cero. Esperábamos la llegada de Negan desde que se nombró al actor que lo encarnaría, y nos chafaron la sorpresa porque sabíamos que todas esas victorias parciales de Rick y compañía nos llevaban hacia ser apaleados por Lucille.

Después está el tema de los cliffhangersLos guionistas jugaron con nosotros para conseguir audiencia de forma poco éticaThe Walking Dead saltó el tiburón en aquel 6×03, cuando Glenn se zafó de la horda de caminantes escondiéndose bajo el contenedor de basura y no resolvieron el asunto hasta casi el final de la midseason. Después, un disparo a Daryl en el 6×15 o la víctima indeterminada de Lucille en el 6×16, nos obligaba a maldecir a los guionistas. Como vimos en octubre, el 7×01 habría sido una excelente season finale.

Zombies inofensivos

Mucha de la fuerza de The Walking Dead siempre ha residido en la supervivencia ante una amenaza tan desconocida como los muertos vivientes y la escasez de víveres, un poco como en Perdidos, cuando buscar agua era el drama. Con el paso de las temporadas, los otros grupos de supervivientes se han convertido en el gran problema de los protagonistas. Algo lógico e interesante, por supuesto, pero se han olvidado de que los caminantes son letales, que un simple arañazo o entrar en contacto con sus fluidos te podían costar la muerte. Ahora, las refriegas con caminantes se resuelven fácilmente y los revolcones no tienen ninguna consecuencia. Se echa de menos que perdamos más personajes por el camino, lo cual ha convertido a la serie en predecible y sólo podemos esperar algo inesperado en los primeros y últimos episodios. Curioso concepto que lo resume todo: esperar lo inesperado.

Carol (Melissa McBride) cuando en The Walking Dead los zombies eran peligrosos

La séptima temporada, siempre en mi opinión, se ha movido en tierra de nadie, mezclando episodios insulsos unipersonales, como aquel de Tara, los monólogos de Negan, la cara traumatizada de Rick y la aparición de un rey que tiene un tigre. Por supuesto, ha habido momentos muy interesantes, eso no lo va a perder The Walking Dead, y por eso seguimos viéndola. O quizá todo esté bien y sea nuestra percepción y entonces tengamos que hacernos la siguiente pregunta: ¿Eres tú o soy yo?

El ‘prime time’ a las once de la noche no existe

Hace unos días, leyendo este artículo de Borja Terán, Pablo Motos, el amo del prime time (imprescindible como siempre sus reflexiones sobre la industria televisiva), se insistía en que Pablo Motos estaba coleccionando un buen número de minutos de oro. El último, el del jueves 16 de febrero, cuando reunió frente al televisor a 4.181.000 espectadores a las 22.36h, un 21,4% de cuota de pantalla. Teniendo en cuenta que se trata de un programa de access prime time es todo un éxito y, además, la confirmación de que el prime time a las once de la noche no existe, o no debería.

Las grandes cadenas generalistas siguen jugando a un juego peligroso para ellos mismos y para la industria televisiva en general. Ambos gigantes Mediaset y Atresmedia parecen empeñados en comprobar quién acaba antes con el otro. Y en medio estamos nosotros, los espectadores (los de siempre), que poco a poco vamos abandonando el consumo lineal en favor de las plataformas de contenido online o la televisión de pago. No hablemos ya de los adolescentes. Pese a nuestras quejas al respecto, ellos han respondido retrasando aún más el comienzo de programas o series que estamos esperando ver.

La gente en España, aunque haya muchos que no, trabajamos, comemos, dormimos, sentimos y nos gustan algunas series de las que Antena 3 y Telecinco emiten. Cuando empiezan Sé quien eres Pulsaciones yo ya no sé quien soy y mis pulsaciones son tan bajas que no puedo levantar los párpados. Así nos empujan hacia sus plataformas de contenido a ver los episodios sin tanto corte publicitario y cuando nosotros queremos. Es cierto que es una ventaja para nosotros pero no para ellos, porque allí sus productos no serán tan rentables como en la lineal. Imagino que, por tanto, otra solución para rentabilizarlas es venderlas a HBO España, caso de la primera, o al mercado exterior, caso de la segunda.

Hasta que los anunciantes no reaccionen no tenemos nada que hacer. A ellos les convienen que les vean el mayor número de gente posible, y no el mayor porcentaje posible. Sobre todo cuando ese porcentaje son cuatro gatos que probablemente ni estudien ni trabajen, o que no esté en la franja de edad de 18-49 años que en Estados Unidos tanto se busca. Desde nuestra humilde posición, creo que los periodistas, los blogueros y demás analistas televisivos deberíamos dejar de usar el lenguaje que ellos quieran. Llamemos a cada cosa por su nombre y prime time no empieza a las 23h, eso ya es late night. El prime time es cuando el señor Pablo Motos emite su programa. Y él es quien gana.

Predicciones para los Emmy 2016

Predicciones para los Emmy 2016

Como cada año antes del comienzo de la temporada otoñal en Estados Unidos, la Academia de Televisión se dispone a ajustar cuentas con las series que ellos creen que han sido las mejores en cada categoría. Y nosotros, también cada año, nos aventuramos a predecir quiénes saldrán del Microsoft Theater con su estatuilla en la mano. La ceremonia estará conducida por el gran Jimmy Fallon en la madrugada del domingo 18 al lunes 19 de septiembre. Estas son nuestras predicciones para los Emmy 2016:

Drama

Tras la victoria total de Juego de Tronos el año pasado, todo parece indicar que poco va a cambiar la tendencia. La serie de HBO se postula como clara favorita muy por delante de The Americans, que aparece segunda en las apuestas contra todo pronóstico. Si el gran drama de FX consiguiera alzarse con el premio sería… una utopía. No va a ocurrir. En cuanto a la dirección, Battle of Bastards de Juego de Tronos tiene todas las papeletas para ganar. También en guión pero aquí no está tan claro porque el piloto de Mr. Robot y la season finale de la cuarta temporada de The Americans se postulan como posibles ganadores.

El dominio de Juego de Tronos parece tan claro que este año incluso sus actores son favoritos para ganar, eso sí, en categoría de reparto. La coralidad de su elenco les dificulta obtener premios en los intérpretes protagonistas pero parece que ha llegado el momento de Kit Harington y Lena Heady. A ella no le hace sombra nadie, a él sólo Jonathan Banks podría arrebatarle el Emmy. En cuanto a los protagonistas, todo parece indicar que Robin Wright (House of Cards) ha tomado la delantera a la actual reina del drama, Viola Davis. El mejor actor protagonista será casi seguro para Rami Malek, por Mr. Robot porque Bob Odenkirk (Better Call Saul) y Kevin Spacey (House of Cards) pueden sorprender aún.

Ya sabemos quiénes fueron los mejores actores invitados, premios que se dan en los Creative Emmy Awards y fueron para Hank Azaria por Ray Donovan en el lado masculino y Margo Martindale por The Americans en el femenino.

Comedia

Desde que desbancara a Modern FamilyVeep no ha hecho más que acumular premios y este año no parará la tendencia. La comedia de HBO parece invencible y en año de campaña electoral en Estados Unidos, más aún. Su actriz, Julia Louis Dreyfus, va lanzada hacia su quinto Emmy interpretando a Selina Meyer y ninguna otra tiene opciones de destronarla. También en dirección parece tener todas las papeletas la comedia de HBO con el episodio Mother, que también es favorito en mejor guión pero con más posibilidades para sus rivales.

En cuanto a las categorías interpretativas, dejando a un lado a Dreyfus, Jeffrey Tambor (Transparent) parte con ventaja para volver a ganar la estatuilla como protagonista masculino. Pocas opciones para Aziz Ansari (Master of None) y Anthony Anderson (Black-ish). La actriz de reparto en comedia está muy disputada este año. Aunque la favorita sigue siendo Alison Janney (Mom), Anna Chlumsky (Veep) puede acabar con su reinado. En el lado masculino hay una ligera ventaja a favor de Tony Hale (Veep) pero es posible que Louie Anderson (Baskets) o Tituss Burgess (Unbreakable Kimmy Schmidt) den la sorpresa.

Como suele ser habitual, Saturday Night Live copaba las nominaciones de actores y actrices invitadas. Ganaron Amy Poehler y Tina Fey. Sin embargo en el lado masculino la sorpresa la dio Peter Scolari, que ganó por Girls.

Mini Serie

Pocas dudas hay sobre la victoria de American Crime Story: The People vs. O.J. Simpson, favorita en todas las quinielas por encima de Fargo. La serie producida por Ryan Murphy amenaza con arrasar en casi todas las categorías. Courtney B. Vance y Sarah Paulson se harían con los protagonistas y Sterling K. Brown ganaría el secundario. Jean Smart (Fargo) parece la única capaz de colarse en la fiesta como mejor actriz de reparto. Además, su primer episodio, From The Ashes of Tragedy es el favorito para ganar el mejor guión y la mejor dirección, aunque no perdamos de vista a la TV Movie All The Way.