La historia de Estados Unidos no se puede entender sin sus crímenes. Esto es lo que deben pensar Ryan Murphy y Brad Falchuk, que han dedicado varios años y varias series a describir macabros y cada vez más locos crímenes en la ficción televisiva. Ahora, han decidido volverse «hiperrealistas» y recrear el juicio más mediático de toda la historia americana, el de O.J Simpson, con toda la fidelidad posible. Esto es American Crime Story, la nueva serie de FX, una antología de diez episodios que cada año recreará un caso archiconocido.
Desde los primeros segundos, con las imágenes de archivo del caso de Rodney King y sus posteriores disturbios, American Crime Story: People vs. O.J Simpson demuestra que sus creadores han buscado la rigurosidad y la fidelidad a la hora de recrear los hechos y los personajes. Parece claro, por tanto, que el objetivo no es esclarecer si el ex deportista es culpable sino analizar todo lo que aquel juicio conllevó, tanto a nivel mediático, por la cobertura que se le dio, y también cómo ha marcado y evolucionado la relación de la sociedad con los famosos, que no volvió a ser la misma desde entonces.
El interés de Ryan Murphy y Brad Falchuk en el guión, que ya estaban escribiendo para FOX Scott Alexander y Larry Karaszewski, ha permitido que American Crime Story se haya hecho más grande, con más presupuesto y con un reparto de lujo. La caracterización de la mayoría de los personajes está muy lograda, Cuba Gooding Jr. es un convincente O.J y su parecido es incluso razonable, como el de Sarah Paulson como la fiscal Marcia Clark. No tanto el de David Schwimmer, aunque por lo poco que hemos visto hasta el momento puede ser que la decisión de ofrecerle el papel puede no ser tan mala como parecía. Por el contrario, apenas hay parecido entre John Travolta y Robert Shaphiro, y no pasaría nada por sacrificar similitudes por fichar una estrella pero es que el aspecto de Travolta deja mucho que desear, no parece él mismo, dicho esto, como buen actor que es seguro que su trabajo será muy importante en la serie.
El primer episodio de American Crime Story funciona desde el primer minuto gracias a un ritmo que nos deja ver los matices de los personajes y todo el trasfondo del caso, hasta en el nivel racial o el tratamiento de la fama, sin ser todo lo densa que se cabría esperar. Por tanto es admirable la capacidad de síntesis de los escritores y de Murphy como director, cuentan muchísimo en una hora y no da la sensación de ser un resumen desestructurado. La recreación de los años 90 es mimética y la fotografía evoca a los productos audiovisuales de la época.
También admiro y agradezco la contención de Murphy a la hora de no llevarse a su terreno la serie, aunque hay que reconocer que en algunos momentos podemos observar guiños al público juvenil, como cuando Robert Kardashian le pide a O.J que no se suicide en el dormitorio de su hija Kimmy. Se ve que le interesa, aparte del caso criminal, analizar la raíz de lo que hoy es la familia más influyente para los adolescentes que, irónicamente, nació a partir del juicio.
A medida que avance American Crime Story me gustaría que fuera profundizando en el funcionamiento de la justicia americana, en el conflicto racial que Estados Unidos no ha podido resolver después de tantos años, en el tratamiento mediático de los juicios a celebridades o de la fama y sus consecuencias, pero creo que es mucho pedir y sólo veremos algunas pinceladas. Muchos de los espectadores seguirán expectantes por si ven a la pequeña Kimmy.

El cine y las series de televisión son mi pasión, aunque la Edad de Oro de la pequeña pantalla me conquistó sobre todas las cosas. En Cultura Seriéfila analizo toda ficción que lo merezca con una dosis muy alta de opinión. También me podéis escuchar en el podcast de Cultura Seriéfila y eventualmente en La Jungla Radio.