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‘El desorden que dejas’ es tan adictiva que no te durará hasta el domingo

La nueva serie del creador de 'Élite', Carlos Montero, es 'El desorden que dejas', en Netflix

Si el modelo Netflix basado en los atracones tuvo éxito desde el primer momento fue desde luego gracias a series que se prestaban a ello. Ficciones, originales o compradas que una vez estrenadas, los suscriptores consumían compulsivamente hasta que acababan la temporada y empezaban a preguntar por más. Algunas series españolas sirvieron al modelo, y la plataforma roja los convirtió en éxitos mundiales, caso de La casa de papel. Pero otras fueron creadas exclusivamente para la plataforma con una receta mágica que los creadores españoles han aprendido con resultados excelentes, como el caso de Carlos Montero (y Darío Madrona) y su ÉlitePor tanto, no es una sorpresa que El desorden que dejas siga la misma línea y se convierta en otra de esas series llenas de sexo, giros locos y gente muerta que consigue mantenernos frente a la pantalla sin remedio.

El desorden que dejas está basada en una novela del propio Carlos Montero, que también adapta y ejerce de showrunner de la miniserie. Para ello ha contado con un reparto de lujo encabezado por Inma Cuesta (Arde Madrid) y Bárbara Lennie (El incidente, Águila Roja). Además, cuenta con Arón Piper (Élite), Roberto Enríquez (Vis a vis, El embarcadero), Tamar Novas (Alta Mar), Roque Ruíz e Isabel Garrido.

La historia se centra en Raquel, una profesora que consigue una plaza en un instituto de un pueblo de Galicia, de donde es natural su marido Germán. El comienzo con sus nuevos y conflictivos alumnos no será fácil, ya que extrañan a su anterior profesora de literatura, Viruca, que murió en extrañas circunstancias. A partir de ahí, Raquel se obsesiona con su predecesora y cree que saber más cosas sobre su vida le puede ayudar a lidiar con sus problemas, ya que se va dando cuenta que sus historias tienen puntos en común.

Vamos a empezar con sus puntos fuertes, que tiene muchos. El más importante es que El desorden que dejas es completamente adictiva y no vas a querer dosificarla. Su duración se presta a ello también, olvidemos los 55 minutos, pues nos encontramos con capítulos de unos 45 minutos y alguno hasta de 35, lo que hará el maratón más inevitable si cabe. Aparte del misterio, la propia narrativa de la miniserie, contada en dos tiempos no hace sino alimentar las ganas de seguir viendo uno tras otro. Además, los finales acabados en cliffhanger terminan de hacer el trabajo sucio.

Gran duelo interpretativo entre Inma Cuesta y Bárbara Lennie en 'El desorden que dejas', de Netflix

Como dije un poco más arriba, la narrativa contando las dos historias de forma paralela me parece muy interesante, va desgranando el misterio en la primera persona de Viruca y se pueden observar los paralelismos y también las diferencias con respecto a los problemas de Raquel. Ambas son víctimas, pero ninguna es una santa, pues tienen un bagaje previo de infidelidades, enfermedades mentales, drogas o algún que otro comportamiento inadecuadoEl desorden que dejas trata también temas muy interesantes como son el miedo, las inseguridades, el duelo o la tristeza. Algo para lo que el paisaje gallego, con tantas nubes y lluvia, es perfecto para contar esta historia de vidas grises. No podemos decir que sea un personaje más, como sí pasa en la reciente Néboa, pero sí que es un ingrediente que aporta dramatismo y tristeza al conjunto.

Con dos actrices de semejante nivel al frente del reparto, podríamos pensar que se llevarían todo el mérito. Es cierto que no es para menos, porque bordan cada uno de los aspectos de su trabajo, incluidos los acentos, algo complicado de manejar y que puede causar el efecto contrario al pretendido. Me ha sorprendido Inma Cuesta sobre todo en este apartado. Ya sabíamos que Arón Piper podía hacer un gran trabajo, pero sus dos compañeros de clase, los debutantes Roque Ruíz e Isabel Garrido han sido un soplo de aire fresco, con personajes que no son del todo agradecidos y que resuelven bastante bien. Aunque en realidad, no podemos decir que ningún actor o actriz desentone en la serie. 

Arón Piper y Bárbara Lennie en 'El desorden que dejas', la nueva miniserie de Netflix

También hay aspectos negativos. Su carácter adictivo y de consumo rápido puede hacer que El desorden que dejas se olvide pronto, sobre todo al ser una miniserie. Tampoco ofrece a nivel temático o narrativo nada que no hayamos visto antes y tampoco profundiza en exceso en los personajes, cosa que imagino que la novela sí hace por la lógica de la extensión. Hay apartados de los personajes de Raquel y Viruca que podrían haber sido más explotados, o mejor explicados, al menos. También da la sensación de ir de más a menos, porque los primeros episodios son de comerse las uñas, y después va perdiendo fuerza. Pero asumo que es un problema propio de las ficciones que viven de sus premisas, y que a medida que se va desvelando el misterio pierden un poco de gracia.

A pesar de estos puntos negativos, El desorden que dejas es una serie muy recomendable, va a gustar al gran público y nunca quedará la sensación de haber perdido el tiempo, todo lo contrario. Las historias de estas dos mujeres y de este pequeño pueblo merecían ser contadas, y el duelo interpretativo entre ambas bien merece la pena.

El desorden que dejas está disponible en Netflix completa bajo demanda.

‘Élite’, la internacionalización y la identidad cultural de nuestras series

'Élite' ha sido el gran bombazo español tras 'La Casa de Papel'.

A estas alturas ya no nos quedan dudas de que Élite ha sido uno de los éxitos más importantes del otoño seriéfilo mundial. Los españoles, cainitas como ningún país en el mundo, siempre lanzamos piedras contra nuestra ficción, pero resulta que nuestras series y películas gustan a nivel global. Netflix se ha dado cuenta de ello, pues los datos que tienen deben revelarlo así, y no creo que sea simplemente algo puntual como La casa de Papel, debe ser algo generalizado. Entonces la pregunta es, ¿hacemos buena ficción o hemos aprendido a internacionalizar nuestros productos audiovisuales para que trasciendan más allá del mundo hispanohablante?

Internacionalización

Sabemos que Netflix suele dar a los creadores mucha libertad a la hora de escribir y rodar sus obras para la plataforma, sobre todo en el caso de grandes showrunners. Pero no me creo que en casos como el de Élite, no revise o supervise nada de lo que se está haciendo. Debe haber alguien encargado de que la serie, en este caso, contenga todos los ingredientes para que sea exportable, de la misma forma que los productos americanos. O puede que los productores ejecutivos hayan aprendido todas esas técnicas, que también es posible, porque son unos creadores de productos para adolescentes de eficacia probada.

Kiernan Shipka protagoniza 'Las escalofriantes aventuras de Sabrina'.

En el caso de Élite, el tratamiento de temas universales está presente, como la homosexualidad, la opresión de los ricos hacia los pobres, la religión, etc. Algo que parece estar estandarizado en toda ficción producida por Netflix, como ejemplo muy reciente véase Las escalofriantes aventuras de Sabrina, donde también tenemos representación de todos los colectivos. Y eso es bueno, no me quejo. Pero también ganchos como el asesinato, o la narrativa al estilo Big Little Lies (que tampoco la inventó la serie de HBO, pero es el referente más cercano que tenemos). También las taquillas, el conducir a los dieciséis y la sensación de que aunque los pobres sean pobres, no lo son lo suficiente.

Industria vs. identidad cultural

Las manifestaciones artísticas y productos de entretenimiento son hijos de su tiempo y de su contexto, por tanto son cultura. Si un historiador se pone a ver cine clásico español, o americano, tiene una prueba fehaciente del tiempo en que están hechas, un objeto de estudio. Es por eso que si globalizamos las series, podemos perder identidad cultural. Si analizamos un poco Élite, hay pocos rasgos definitorios propiamente españoles, como por ejemplo la corrupción y las constructoras y lo que les rodea. Pero se quedan en pinceladas que dan muy poco trasfondo, podría ocurrir en cualquier país.

En cambio, esta internacionalización de nuestras series no hace sino desarrollar nuestra industria audiovisual en un momento en el que las plataformas y cadenas han aumentado significativamente su inversión en este tipo de productos audiovisuales. Y eso es bueno, maravilloso para la economía del país, para valorar a los guionistas y actores como se merecen, puesto que muchos de ellos estaban en el paro o cobrando salarios muy por debajo de su valía. Y por supuesto no tiene nada de malo que salgamos reforzados de este boom global de ficción.

'La casa de papel', una de las series más exitosas de Netflix

Entonces mi conclusión es que sí, vamos a producir muchas series en los próximos años que bien podría ser holandesas, británicas o americanas, pero eso repercutirá en la industria, además de que nuestros profesionales estarán mejor formados y recibirán mejores ofertas para dirigir o escribir ficciones a nivel internacional. Ya tenemos a alguno por allí pero podremos tener más. Y lo mejor de todo, la identidad cultural seguirá a salvo, porque no todo lo que se produzca será de consumo masivo y rápido, sino que también conseguiremos colar productos más artísticos como los que hace Movistar+ o los que puedan hacer en un futuro Amazon o HBO, que ya tienen series en producción. Y cuya vocación es priorizar la calidad a la cantidad. Por tanto, vaticino que todo esto será positivo y deberíamos estar contentos por ello.

‘Élite’: el precio de ser joven sin límites

Élite es la segunda serie original española de Netflix

Netflix ha decidido ampliar su nicho de mercado para ofrecer productos para el segmento juvenil, ya lo ha intentado con películas y ahora con un nuevo producto: una serie en español. ¿Y cuál es la fórmula? Jóvenes que disfrutan con las juergas, el sexo y el cachondeo, en una comunidad rodeada de lujo y de dinero. Por lo que la plataforma ha decidido doblar la apuesta y estrenar Élite.

Esta serie, escrita y dirigida por Carlos Moreno y Dario Madrona y co dirigido por Ramón Salazar, (escritor de éxitos como A Tres Metros Sobre El Cielo y su secuela Tengo Ganas De Ti) y Dani de la Torre (creador del taquillazo El Mejor Verano De Mi Vida). Entre el plantel de actores, podemos destacar a: Jaime Lorente, Miguel Herrán y Maria Pedraza, que les pudimos ver en La Casa de Papel. Ahora vamos a centrarnos en esta serie, en la que los excesos y el lujo, aderezados con un asesinato, van cogidos de la mano.

La primera temporada, de ocho episodios, nos cuenta lo que sucede en un exclusivo colegio, Las Encinas, con la llegada de tres nuevos estudiantes de clase socioeconómica baja. Entre el variopinto alumnado, por supuesto veremos todos los estereotipos y clichés conocidos. Al inicio, ocurre un incidente y a partir de ese momento, tendremos que que averiguar qué ha sucedido realmente, acompañado de sorprendentes giros de los hechos, en cada episodio. En la serie vemos que se tocan temas relacionados con la xenofobia y religión, la diferencia de clases, la manipulación social y la falta de aceptación de uno mismo.

El elenco de 'Élite' será una de las claves de su éxito

Entre los personajes, tenemos a: Carla (Ester Espósito), una chica manipuladora que mantiene un triángulo amoroso con Polo (Álvaro Rico), un chico sin personalidad y muy maleable, cuyas madres llevan una empresa bodeguera y es influencer, y con Christian (Miguel Herrán), chico guaperas de barrio humilde, que utiliza su labia para tener lo que quiere.

Por otro lado, Omar (Omar Ayuso) y Nadia (Mina El Hammani), dos hermanos de religión musulmana. Omar es traficante de hachís, que oculta su homosexualidad, para no deshonrar a su familia. Está enamorado de Ander (Arón Piper), un chico que su padre quiere que sea «el mejor tenista del mundo», aunque él no desea serlo. Además, Ander, también oculta su homosexualidad, por temor a que sus padres no lo acepten Nadia, por el contrario, es una chica inteligente que quiere ser una mujer independiente, a pesar de no querer tener ninguna relación con los pijos del colegio, se enamora de Gúzman (Miguel Bernadeu).

Y no dejemos atrás al personaje central de la historia, estamos hablando de Marina (María Pedraza), cuyo padre trabaja en una empresa constructora, que se enamora de Samuel (Itzan Escamilla). Marina es una chica incomprendida por su familia, un poco díscola y que oculta un secreto. Ella es la hermana pequeña de Guzmán (Miguel Bernadeu), el niño rico que castiga a los nuevos alumnos, porque un chico destrozó la vida de su hermana. Guzmán, al principio de la temporada está saliendo con Lucrecia (Danna Paola), una chica procedente de Venezuela, que quiere ser la mejor de la  clase y que humilla sistemáticamente a Nadia (Mina El Hammani).

La segunda serie española original de Netflix es 'Élite'

Samuel (Itzan Escamilla), el chico humilde, trabaja de camarero y vive con su madre Pilar, pero con la llegada de su hermano Nano, su vida se desequilibra. Nano (Jaime Lorente), que acaba de salir de la cárcel, quiere proteger a toda costa a su familia y no dejar que nada la destruya. Samuel se enamora perdidamente de Marina, queriendo conquistarla a toda costa. A primera vista, Élite puede pasar como otra serie más de instituto, con sus personajes estereotipados, pero aquí no es así, ya que le han dado a cada personaje unos atributos, que a lo largo de la temporada, entenderemos la toma de decisiones y el porqué de las consecuencias de sus acciones.

La nueva serie de Netflix nos ofrece una producto de rápido consumo y seguramente para muchos, fácilmente olvidable. La serie, es una mezcla entre las recordadas: Física y Química, por la relación entre los adolescentes y El Internado. Si buscáis cosas más profundas, es el sitio equivocado, pero sí queréis disfrutar de algo ligero, en la que ver fiestas adolescentes, sexo, lujo y desenfreno, ésta es vuestra serie.

Élite se estrena el próximo 5 de octubre en Netflix