La cadena Starz sigue haciendo las cosas muy bien con sus últimas producciones originales. Una de las más gratas sorpresas de este horrible 2020 es la irrupción de Hightown, una serie que puede parecer muy convencional a simple vista, pero los matices de los personajes, el lugar donde se ubica y una cabecera genial la elevan por encima de otras series de temática similar. Después de ver los ocho episodios que componen su primera temporada, siento la necesidad de escribirle este artículo.
La agente del servicio nacional de pesca, Jackie Quiñones (Monica Raymund), encuentra accidentalmente un cadáver en una playa. A partir de ese momento se obsesiona con el caso que quiere resolver a toda costa como forma de mantener sus adicciones alejadas y como forma de redención. A pesar de no ser su jurisdicción, contará con la ayuda del Sargento Ray Abruzzo (James Badge Dale) de la Policía Estatal de Massachussets, que investiga a un capo de la droga de Cape Cod, Frankie Cuevas (Amaury Nolasco), quién sospechan que está detrás de esta muerte. Por el camino, Jackie tiene que aprender a dejar a un lado sus adicciones para conservar su trabajo y conseguir avanzar en el caso, para lo que cuenta con la ayuda de su amigo Junior McCarthy (Shane Harper), un pescador y ex compañero de juergas. Por su parte, Ray tiene que superar la muerte de la que era su informante y buscar otra para estrechar el cerco sobre Frankie Cuevas. Y quién mejor que su esposa, la stripper Renée Segna (Riley Voelkel).
Hightown es Provincetown
La serie de Starz, como otras muchas últimamente, huye de las grandes urbes para contarnos historias más pequeñas aunque de un corte muy parecido. En este caso nos traslada a un pequeño pueblo llamado Provincetown, que está en Cape Cod (Cabo Bacalao). Se trata de un pequeño pueblo costero que de dedica principalmente a la pesca y, sobre todo, al turismo de juerga. No en vano, la zona se ha convertido en un reclamo para el turismo LGTBIQ+, que rebosa de gente durante la celebración de su carnaval. Este es el contexto en el que Jackie encuentra el cadáver.
Donde hay juergas, hay drogas y, por consiguiente, hay narcotraficantes. Así, vemos como la vida del pueblo se ve salpicada de una u otra forma, por las drogas. La propia Jackie no tiene límites, lo mismo se mete coca que al rato prueba una pastilla, todo ello aderezado con chupitos. De hecho, las consecuencias de tanta juerga se dejan sentir bastante en la zona, quien no es adicto tiene un familiar o amigo adicto. El propio Junior McCarthy ha conseguido desintoxicarse para poder estar con su novia y su bebé. Pero también vemos el otro lado, el de los vendedores de droga y sus proveedores. El personaje de Frankie Cuevas maneja todos los hilos desde la cárcel, desde el negocio en sí hasta tomar las decisiones para callar a cualquiera que pueda hablar y le pueda perjudicar para el juicio, para lo que tiene a su brazo ejecutor, Osito (Atkins Estimond). Como vemos, un montón de ramificaciones
Personajes autodestructivos con matices
En efecto, Hightown está protagonizada por dos antihéroes, personajes muy parecidos a los que podíamos ver en la década pasada. Pero hay matices, el personaje de Ray, habría sido el protagonista de la serie sin lugar a dudas y el peso habría recaído en él. Pero aunque lo tiene y mucho, el verdadero motor de la historia es Jackie Quiñones, que nos muestra a una mujer lesbiana latina, adicta y despreocupada que es feliz hasta que su alcoholismo empieza a ser un problema y claro está, hasta que encuentra un cadáver. Como pudimos ver cuando hablamos de P-Valley, el punto de vista puede transformar una serie. En este caso, la showrunner es una mujer, Rebecca Cutter, y también la vicepresidenta de programación original de Starz, y lo que a muchos les puede parecer una tontería o cuotas, es precisamente lo que consigue que la serie luzca diferente. Cuando empecé a ver Hightown se me vino a la cabeza otra serie de temática similar pero contada como siempre que se llama City On A Hill. A pesar de que me gusta la temática, se veía antigua. Ahí está la diferencia, el matiz.
Ténicamente, Hightown está llena de imágenes bonitas del lugar en el que se ubica pero al mismo tiempo, muestra toda la sordidez que envuelve al mundo de las drogas y el crimen. No rehuye en ningún momento de la violencia, el uso explícito de las drogas, o las recurrentes escenas de sexo marca de la casa Starz. El ritmo es bastante bueno, los acontecimientos se van sucediendo de forma rápida, lo cual va bien para los que huyen de «lo lento». Pero si una cosa hay que destacar a nivel técnico es la música, su selección de temas es como para hacerse una lista en Spotify. En especial su cabecera, una impecable sucesión de imágenes que van desde lo idílico de un lugar de vacaciones hasta los excesos y consecuencias de las drogas, que refleja a la perfección qué nos va a querer contar la serie. El tema corre a cargo de Textones y se llama Vacation, y se trata de una versión (mejorada) de una canción de un grupo de los 80 llamado Go-Go’s. Aquí os lo dejo.
Sólo queda recomendaros Hightown, que he disfrutado muchísimo durante las ocho semanas que duró y a la que volveré el año que viene porque ha conseguido la renovación para la segunda temporada. A simple vista es la misma historia de policías, drogas y asesinatos, aunque contada de una forma diferente, donde los personajes se quedan contigo y tú te quedas en Provincetown, con sus luces y sus sombras.
Hightown está disponible en Starzplay completa bajo demanda
El cine y las series de televisión son mi pasión, aunque la Edad de Oro de la pequeña pantalla me conquistó sobre todas las cosas. En Cultura Seriéfila analizo toda ficción que lo merezca con una dosis muy alta de opinión. También me podéis escuchar en el podcast de Cultura Seriéfila y eventualmente en La Jungla Radio.