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‘The Stand’: el profético fin la humanidad

Starzplay estrenó 'The Stand', la adaptación de la novela 'Apocalipsis', de Stephen King

Este artículo ha sido escrito después de ver la temporada completa de The Stand y contiene spoilers.

Stephen King ha establecido un universo que ya conocemos bastante, siendo reinterpretado con buenos y malos resultados, tanto en el cine como en la televisión dejando bondades y sin sabores, tan variados como las opiniones de sus acérrimos fans. En esta oportunidad le ha tocado el turno a The Stand, novela del chico de las lentes bohemias, publicada en el año 1978, cuya primera adaptación vio la luz en el 94, dirigida por Mick Harris en formato de miniserie. Ahora, con Josh Boone a la cabeza, el apocalipsis y sus demonios errantes, regresan con una atmósfera que palpita surrealismo y una poética malvada, en un viaje de heroísmo, esperanza y sobrevivencia. 

Cuando un virus experimental, creado por el gobierno se sale de control, una brutal epidemia amenaza con destruir a toda la humanidad. Esta fuerza letal, la super gripe conocida como Capitán Trotamundos se esparce como abejas asesinas en cada continente, matando a millones. Los pocos sobrevivientes, aquellos inmunes a la enfermedad, serán elegidos y acudirán al llamado de una centenaria mujer. La anciana Madre Abigail (Whoopi Goldberg) aparece en los sueños de estos atípicos apóstoles, con el objetivo de construir un último bastión, un pueblo recóndito que habrá de levantarse para perpetuar la  humanidad. 

La señora de los dreadlocks, ha hecho lo necesario. Sin embargo, no es la única con la habilidad de reclutar misioneros. Una maligna entidad, seductora y carismática, se ocupará de los egoístas, maleables y disconformes, enajenados que se unirán a este falso mesías prometeico en la ciudad de Las Vegas. De este modo, Randall Flagg, El Hombre Oscuro (Alexander Skarsgard) se valdrá de sus almas, proporcionándoles un falso paraíso de recompensas, placeres y libertad. 

Alexander Skarsgard y Whoopi Goldberg encabezan el reparto de 'The Stand', disponible en Starzplay

Entre los aliados del brujo, Lloyd Henreid (Nat Wolff, Bajo la misma estrella) será  su mano derecha, un delincuente de poca monta sediento de ambición. Nadine Cross (Amber Heard, La Liga de la Justicia) será la amante secreta,  la mujer que  jugará un papel clave en la narración tras ser seducida por Flagg. Y Harold Lauder (Owen Teague, Bloodline, It) un muchacho vengativo, lleno de rencor y desilusión, serán parte de un plan para acabar con la  congregación de la Madre Abigail.

Ante el inminente peligro, Stu Redman (James Marsden, Westworld), Frannie Goldsmith (Odessa Young), Glen Bateman (Greg Kinnear, Little Miss Sunshine), Larry Underwood (Jovan Adepo, Watchmen), Ray Bretner (Irene Bedard, El Nuevo mundo) y Nick Andros (Henry Saga, The New Mutants) serán advertidos formando un equipo para proteger a la comunidad.  Más tarde, cuatro miembros de la misma, serán enviados hacia el núcleo radioactivo del mal. Allí, Tom Cullen (Brad William Henke, Fragmentado) servirá como espía, siendo clave al colarse y pasar desapercibido en la Sodoma y Gomorra post apocalíptica.

The Stand, pudiera pasar como una serie desestimada. La estructura de su relato puede estar falta de ritmo, sobre todo al inicio. Se toma su tiempo estableciendo las premisas que encenderán la narrativa. Es un acto coral, en donde cada personaje debe encajar. Algunos, serán relevantes y de perfiles elaborados. Otros, serán pasajeros y servirán como desencadenantes de otras situaciones. No obstante, todos cumplen un rol, como en un juego de ajedrez. Es un punto a destacar, pues las relaciones y consecuencias que resultan de ellos, no son fáciles de manejar  y la serie lo consigue dejando pocos vacíos. 

Las actuaciones, avaladas por un grupo de muy buenos actores, no decaen. Un sólido elenco da vida al espectáculo, moldeando un universo de tenebrosa ficción que simula una agreste y apocalíptica eventualidad, una pesadilla posible, que consigue transmitir desesperación y desolación. La escenografía, destructiva y derruida, está presente en las ciudades olvidadas y solitarias, en las carreteras eternas atestadas de cadáveres y vehículos abandonados, en los sueños proféticos y las oscuras quebradas en medio de los parajes. Como antítesis de aquello, un infierno terrenal ubicado en Las Vegas, reproduce la figura del hombre que camina en carteles publicitarios. Una tierra prometida levantada por el hechicero, es iluminada por hipnóticas luces de neón sirviendo de hogar a todos  los desesperados, aquellos que aspiran a un nuevo orden caótico en donde ninguna regla los encadene.

The Stand es el onírico enfrentamiento del bien contra el mal. En aquella guerra sectaria, tanto justos como pecadores le seguirán el paso a la muerte. Algunos escaparán. Y otros serán condenados. ¿Qué hará el hombre en el momento en que todo se derrumbe? ¿Ha de optar por la libertad? ¿Elegirá el buen camino o perderá la esperanza? El demonio, haciendo sus cosas de demonio, se valdrá de trampas y encanto para tentar a los elegidos. Con alegorías cristianas a la orden del día, los protagonistas experimentarán tanto el engaño como la fidelidad, el odio y la hermandad. 

En esta lucha y redención, la victoria radica en una sola alegoría: la fe ciega en la verdad. Aquella, está representada en el versículo que repiten los personajes: «A pesar de caminar por un valle de sombras, no he de Temer. Tengo a Dios de mi lado». Aquel bíblico cantar actuará como escudo bajo lanzas oscuras. De esta manera, Randall Flagg, a pesar de las hordas de cobardes que le acompañan, no será capaz de responder ante el puñetazo celestial.  Las Vegas, emulando la caída de la antigua Babilonia, vestida como Lot, quien termina convertida en una estatua de sal, acabará devastada a causa de la ambición. La salida del laberinto, será desvelada por la Madre Abigail. El epílogo final, escrito por King para esta nueva versión, establece la premisa de gran parte de su universo: «el que cae una vez, se debe volver a levantar». Es aquello lo que prevalece. No hay otra manera. El mal, es propio de la vida. No te puedes esconder. Sólo te queda pelear.

 

Este literario Armageddon, vestido de New Age, tiene el sello de su autor. Aquello se palpita en cada toma y fotografía, tonalidades y brumas. Si te atrapa el misterio y la obra de King, The Stand, te gustará. Si no quieres que la mollera te de vueltas y vueltas, desentrañando un guion repleto de personajes, conexiones y preguntas, será difícil que te enganches. Como amante del género, de todos modos la recomiendo. No obstante, mis opiniones, no son para nada directrices. A mi me agradan las leyendas y los seres maquiavélicos. Es que soy una oscura chica seriéfila y me encanta vivir en permanente sobresalto. Que venga luego la plaga, que no me asusta la virulencia. Es más, la disfruto. Con todo el corazón.

The Stand está disponible completa bajo demanda en Starzplay.

Starzplay comienza su producción internacional con cuatro series en español

Una de las primeras series que ha elegido Starzplay para iniciar su producción española es 'Nacho Vidal, una industria XXXL'

La cadena de cable Starz, que es propiedad de Lionsgate, continúa con su expansión internacional. Ya llegó hace tiempo a España y otros países de Europa y América Latina con el nombre de Starzplay. Más o menos consolidada gracias a su producción original y a la habilidad para hacerse con contenido de terceros, el siguiente paso es crear ficción original en los territorios donde está asentada la marca. Paso obligatorio por otra parte, sobre todo en la Unión Europea.

Empujada por estas obligaciones territoriales y con el fin de aumentar un catálogo recortado por la venta de los derechos a terceros de sus principales series, como Outlander como gran ejemplo, Starzplay necesita expandirse a través de coproducciones y creando nuevos productos allá donde opera. Es por eso que ayer presentaron a la prensa varios proyectos con los que conquistar el mercado hispanohablante. Serán cuatro series: dos españolas y dos mexicanas las que inicien esta aventura.

España

La primera serie anunciada es toda una sorpresa, más que nada por la figura que nos presenta, Nacho Vidal. El actor porno será el objeto de esta serie sobre la industria del porno en España, que mueve más de 500 millones de euros al año. La serie se llama Nacho Vidal, una industria XXXL, que nos sitúa en los años 90, cuando era toda una superestrella que cambió las reglas del juego. Si la premisa no es suficientemente atractiva, Bambú Producciones y La Claqueta PC son las encargadas de producirla.

La otra serie española original de Starzplay será Express, un thriller de suspense creado por Iván Escobar, creador a su vez de Vis a Vis, y que también ejercerá de showrunner en esta ficción. La trama girará en torno a los secuestros express, el único tipo de crimen que ha aumentado un 100% en el último año. La producción en este caso corre a cargo de The Mediapro Studio.

Uno de los creadores de más éxito de nuestro país, Iván Escobar, está desarrollando 'Express' para Starzplay.

México

En cuanto al país azteca, las novedades también son dos. La primera será Señorita México, aún con título provisional. Se trata de un drama de época que sigue a las concursantes que se preparan para presentarse a Miss México en los años 80. En aquellos tiempos, las mujeres no sólo competían por ganar sino por llegar vivas a la final. La showrunner será Lucía Puenzo y está coproducida por Fremantle y la chilena Fábula.

La otra serie es un thriller basado en una saga de novelas policíacas muy popular escritas por Bernardo Esquinca. Toda la sangre nos cuenta la historia de un periodista especializado en crímenes, Casasola, que se encuentra con una serie de asesinatos inspirados en sacrificios aztecas que desafían las leyes de la naturaleza. Está coproducida por Lionsgate y Hemisphere Media Group y sólo estará disponible en Starzplay Latinoamérica.

‘Hightown’: el paraíso de las drogas, la juerga y el crimen

'Hightown' es un drama policial creado por Rebecca Cutter y protagonizado por Monica Raymund y James Badge Dale

La cadena Starz sigue haciendo las cosas muy bien con sus últimas producciones originales. Una de las más gratas sorpresas de este horrible 2020 es la irrupción de Hightown, una serie que puede parecer muy convencional a simple vista, pero los matices de los personajes, el lugar donde se ubica y una cabecera genial la elevan por encima de otras series de temática similar. Después de ver los ocho episodios que componen su primera temporada, siento la necesidad de escribirle este artículo.

La agente del servicio nacional de pesca, Jackie Quiñones (Monica Raymund), encuentra accidentalmente un cadáver en una playa. A partir de ese momento se obsesiona con el caso que quiere resolver a toda costa como forma de mantener sus adicciones alejadas y como forma de redención. A pesar de no ser su jurisdicción, contará con la ayuda del Sargento Ray Abruzzo (James Badge Dale) de la Policía Estatal de Massachussets, que investiga a un capo de la droga de Cape Cod, Frankie Cuevas (Amaury Nolasco), quién sospechan que está detrás de esta muerte. Por el camino, Jackie tiene que aprender a dejar a un lado sus adicciones para conservar su trabajo y conseguir avanzar en el caso, para lo que cuenta con la ayuda de su amigo Junior McCarthy (Shane Harper), un pescador y ex compañero de juergas. Por su parte, Ray tiene que superar la muerte de la que era su informante y buscar otra para estrechar el cerco sobre Frankie Cuevas. Y quién mejor que su esposa, la stripper Renée Segna (Riley Voelkel).

Hightown es Provincetown

La serie de Starz, como otras muchas últimamente, huye de las grandes urbes para contarnos historias más pequeñas aunque de un corte muy parecido. En este caso nos traslada a un pequeño pueblo llamado Provincetown, que está en Cape Cod (Cabo Bacalao). Se trata de un pequeño pueblo costero que de dedica principalmente a la pesca y, sobre todo, al turismo de juerga. No en vano, la zona se ha convertido en un reclamo para el turismo LGTBIQ+, que rebosa de gente durante la celebración de su carnaval. Este es el contexto en el que Jackie encuentra el cadáver.

Monica Raymund sorprende con el trabajo en 'HIghtown', donde interpreta a una policía lesbiana y adicta a las drogas

Donde hay juergas, hay drogas y, por consiguiente, hay narcotraficantes. Así, vemos como la vida del pueblo se ve salpicada de una u otra forma, por las drogas. La propia Jackie no tiene límites, lo mismo se mete coca que al rato prueba una pastilla, todo ello aderezado con chupitos. De hecho, las consecuencias de tanta juerga se dejan sentir bastante en la zona, quien no es adicto tiene un familiar o amigo adicto. El propio Junior McCarthy ha conseguido desintoxicarse para poder estar con su novia y su bebé. Pero también vemos el otro lado, el de los vendedores de droga y sus proveedores. El personaje de Frankie Cuevas maneja todos los hilos desde la cárcel, desde el negocio en sí hasta tomar las decisiones para callar a cualquiera que pueda hablar y le pueda perjudicar para el juicio, para lo que tiene a su brazo ejecutor, Osito (Atkins Estimond). Como vemos, un montón de ramificaciones

Personajes autodestructivos con matices

En efecto, Hightown está protagonizada por dos antihéroes, personajes muy parecidos a los que podíamos ver en la década pasada. Pero hay matices, el personaje de Ray, habría sido el protagonista de la serie sin lugar a dudas y el peso habría recaído en él. Pero aunque lo tiene y mucho, el verdadero motor de la historia es Jackie Quiñones, que nos muestra a una mujer lesbiana latina, adicta y despreocupada que es feliz hasta que su alcoholismo empieza a ser un problema y claro está, hasta que encuentra un cadáver. Como pudimos ver cuando hablamos de P-Valley, el punto de vista puede transformar una serie. En este caso, la showrunner es una mujer, Rebecca Cutter, y también la vicepresidenta de programación original de Starz, y lo que a muchos les puede parecer una tontería o cuotas, es precisamente lo que consigue que la serie luzca diferente. Cuando empecé a ver Hightown se me vino a la cabeza otra serie de temática similar pero contada como siempre que se llama City On A Hill. A pesar de que me gusta la temática, se veía antigua. Ahí está la diferencia, el matiz.

Gran trabajo el que consiguen Monica Raymund y James Badge Dale en 'Hightown'

Ténicamente, Hightown está llena de imágenes bonitas del lugar en el que se ubica pero al mismo tiempo, muestra toda la sordidez que envuelve al mundo de las drogas y el crimen. No rehuye en ningún momento de la violencia, el uso explícito de las drogas, o las recurrentes escenas de sexo marca de la casa Starz. El ritmo es bastante bueno, los acontecimientos se van sucediendo de forma rápida, lo cual va bien para los que huyen de «lo lento». Pero si una cosa hay que destacar a nivel técnico es la música, su selección de temas es como para hacerse una lista en Spotify. En especial su cabecera, una impecable sucesión de imágenes que van desde lo idílico de un lugar de vacaciones hasta los excesos y consecuencias de las drogas, que refleja a la perfección qué nos va a querer contar la serie. El tema corre a cargo de Textones y se llama Vacation, y se trata de una versión (mejorada) de una canción de un grupo de los 80 llamado Go-Go’s. Aquí os lo dejo.

Sólo queda recomendaros Hightown, que he disfrutado muchísimo durante las ocho semanas que duró y a la que volveré el año que viene porque ha conseguido la renovación para la segunda temporada. A simple vista es la misma historia de policías, drogas y asesinatos, aunque contada de una forma diferente, donde los personajes se quedan contigo y tú te quedas en Provincetown, con sus luces y sus sombras.

Hightown está disponible en Starzplay completa bajo demanda

‘Normal People’, la mirada melancólica hacia el primer amor

'Normal People' se estrena en Starzplay avalada por la crítica

El complejo mundo de las relaciones y sus sentimientos es uno de los objetos más recurrentes de la literatura. Pero pocas veces se da en el centro de la diana como lo hace Normal People. La serie original de Hulu llega este jueves a Starzplay precedida por una locura colectiva de la crítica anglosajona, que visto el resultado final, no es para menos.

Normal People está basada en la novela homónima de Sally Rooney, que adapta su propia obra junto a Alice Birch y Mark O’Rowe. La serie nos cuenta en doce episodios de 30 minutos, la relación a través del tiempo de Marianne y Connell desde el final de sus días escolares en un pequeño pueblo en el oeste de Irlanda y hasta sus años de Universidad en el Trinity College. Connell es un joven querido y popular, mientras que Marianne es más bien solitaria, orgullosa e intimidante. Pero cuando llegan a Dublín, las tornas se cambian y Marianne parece haber encontrado su sitio mientras que afloran las inseguridades en Connell.

Marianne y Connell han encontrado sus respectivas encarnaciones en Daisy Edgar-Jones y Paul Mescal en 'Normal People'

La serie consigue, al igual que la novela, recrear a la perfección el primer amor de dos personas, con las luces y las sombras que suele conllevar. Mirándote ala espejo de uno de los dos, o de los dos, como es mi caso Normal People consigue llevarte a ese momento de tu vida tan importante a la edad de diecisiete y que miras con desdén cuando tienes un puñado de años más. Y en algunas fases de los siete episodios que he podido ver, incluso ha sido un poco doloroso verte reflejado en algunos comportamientos propios de la edad. Después de todo, la serie va de eso, de crecer. A través de la relación de los protagonistas, asistimos al proceso de maduración de dos personas en la que también nos vemos reflejados totalmente. Supongo que fue por eso por lo que la novela de Sally Rooney ha conseguido escalar en la lista de los best sellers del New York Times, porque habla nuestro idioma y refleja a la perfección esa colección de sentimientos contradictorios que sufrimos a esa edad.

Para trasladar una historia simple pero que podía caer en el tedio por su carácter intimista, la dirección recayó en Lenny Abrahamson (La habitación) y Hettie MacDonald. Ambos dirigen seis episodios y con el guión en la mano consiguen transmitir todas y cada uno de los sentimientos que quiere reflejar la escritora. Su tono melancólico y sus bellas y sugerentes planos, hacen que la experiencia inmersiva que supone rememorar esos años de tu vida sea tremendamente real. Si a esto le añades una banda sonora maravillosas repleta de canciones tristes, sí, pero también temas más alegres, incluso alguno clásico, la mezcla no puede ser más perfecta. A eso hay que añadir el buen gusto con el que están rodadas las escenas de sexo, son preciosas y no están metidas a la fuerza, sino que tienen significado en la historia. Además, tenemos paridad en cuanto a desnudos.

Los personajes de 'Normal People', Connell y Marianne nos atrapan desde el principio

Si destacamos el papel de la escritora, los guionistas y los directores, son los protagonistas los que llevan a Normal People hasta el sobresaliente. El trabajo de Daisy Edgar-Jones como Marianne Sheridan y Paul Mescal como Connell es impecable, brillante. Y posiblemente les catapulte al estrellato. Además en el caso de Mescal, es su debut televisivo, ni más ni menos. La química que desprenden ambos actores es el caldo de cultivo perfecto para desarrollar la historia y los sentimientos de los personajes.

En definitiva, Normal People es una de las sorpresas del año. Por mi parte solo queda recomendarla, pues a veces este ejercicio de mirar por una lente cómo éramos en otros tiempos es muy sano. Pero su carácter intimista e indie no le hace perder de vista el entretenimiento. A mí me ha parecido una serie bastante adictiva y entretenida. Un producto sobre gente normal para gente normal.

Normal People ya está disponible completa bajo demanda en Starzplay, por el momento solo en versión original.

‘P-Valley’, el club de striptease desde el prisma femenino

Mercedes (Brandee Evans) y Autumn Night (Elarica Johnson) protagonizan 'P-Valley', en Starzplay

Hoy se estrena en Starzplay de forma simultánea a su emisión en Estados Unidos, P-Valley, su nueva serie original que pone el foco en las mujeres que trabajan en un club de striptease en el delta del Mississippi. Una serie en la que la representación delante y detrás de las cámaras demuestra que se pueden contar las historias de siempre desde un punto de vista diferente. 

Este drama sureño cuenta la historia de un pequeño club de striptease, el Pynk, un personaje en sí mismo, en el que conviven multitud de personas con distintas aspiraciones en la vida. Mercedes (Brandee Evans) es la bailarina de más éxito, la gallina de ese corral, que se ha puesto a sí misma fecha de caducidad para emprender un nuevo negocio. Miss Mississippi (Shannon Thornton), una instagrammer con mucho talento pero maltratada por su pareja y que además acaba de ser madre. El dueño del negocio es el protector tío Clifford (Nicco Annan), una buena persona, de género fluido que se parece mucho al personaje que interpretaba Nelsan Ellis en True BloodPero a quien realmente sigue la serie es a una chica que se hace llamar Autumn Night (Elarica Johnson), que abre la serie recogiendo una maleta en medio de una gran inundación y cambiando su identidad hasta llegar al club.

Por tanto, lo que veremos a lo largo de estos ocho episodios será un drama donde la verdadera identidad de Autumn será una de las claves. También lo será su relación con el resto del equipo del Pynk, en especial con Mercedes, con la que rivalizará por el favor del público y del tío Clifford. Las relaciones amorosas de éste y el futuro del club también tendrá su cuota de presencia, pues algo amenaza su estabilidad. Junto a todas estas tramas, llamémosle principales, se nos contarán múltiples historias sobre estas mujeres, sus vidas y también sobre el deprimido lugar en el que viven.

La serie está basada en la obra teatral que escribió Katori Hall, Pussy Valley, que también ejerce como showrunner y productora ejecutiva. Hall, oriunda del delta del Mississippi, pasó muchísimo tiempo documentándose para crear su obra y llegó a entrevistar a más de cuarenta bailarinas de striptease. Su conclusión: que es un trabajo como otro cualquiera y que éstas chicas trabajan muy duro día a día a nivel atlético y coreográfico para conseguir esos bailes que pueden parecer fáciles, pero para los que hace falta una cierta preparación física. Además, pudo comprobar que muchas de ellas también tenían proyectos ambiciosos de vida a pesar de que ganan más dinero que en cualquier otro trabajo al que puedan aspirar. Y desde ahí es donde trabaja P-Valley.

Constantemente usamos la manida expresión de «está todo inventado» o en su variante narrativa «todas las historias están contadas». Éstas frases tienen parte de razón, pero normalmente es porque todas las historias han sido contadas desde el mismo punto de vista y de la misma forma. Lo que consiguen series como P-Valley es contar las historias desde otro punto de pista. Mientras que en Los Soprano, las chicas del Bada Bing eran meros accesorios, Katori Hall pone en el foco en las mujeres que trabajan en estos clubes y no en sus clientes. Por si esto no fuera suficiente, la acción se coloca en una de las zonas más deprimidas de Estados Unidos, donde el racismo sigue a la orden del día hipersexualizando a la mujer negra. 

La serie sigue la estela de otras ficciones que abordaban el tema de la prostitución desde el punto de vista de las trabajadoras, como The Girlfriend ExperienceHarlots. Sin embargo, guarda más relación con esta última porque el equipo creativo está formado por mujeres en su mayoría, por no decir en su totalidad. P-Valley, además de estar creada por una mujer, cada episodio de los ocho que componen esta temporada está dirigido por una directora diferente, desde Karena Evans, pasando por Kimberly Peirce, Millicent Shelton, Tamra Davis, Geeta V. Patel, Tasha Smith, Sydney Freeland y Barbara Brown. Todo esto es posible porque hay mujeres que han llegado también a puestos ejecutivos, como es el caso de Susan Lewis, vicepresidenta de programación original de Starz, que dijo que no quería más series que usaran bailarinas como accesorios. Como vemos, la representación en todos los ámbitos, suma.

Autumn Night, Mercedes y Miss Mississippi, protagonistas de 'P-Valley'

Se suele pensar que el feminismo está en contra de la sexualización de la mujer, pero P-Valley también es muy sensual, contiene muchos desnudos y escenas de sexo marca de la casa. Starz se traicionaría a sí misma. Por tanto, fuera prejuicios acerca de que lo feminista no puede ser sexy o contener desnudos explícitos. La visión femenina sí que se nota en la forma de filmarlo, pues han contado con coordinadores de intimidad y en todo momento se ha consultado con las actrices sobre la escena que estaban a punto de grabar. Además la directora de fotografía de más de la mitad de los episodios, Nancy Schreiber, mandó volver a filmar una escena en la que una parte del cuerpo de una mujer se vio más de la cuenta. En los dos episodios que he podido ver, la fotografía juega un papel fundamental en la serie, porque normalmente, las partes más íntimas de las mujeres y los hombres se ocultan con sombras y claroscuros. Por tanto, gran trabajo en el aspecto formal. No sólo la dirección y la fotografía están bien, también la música, repleta de temas de trap y rap, consigue recrear muy bien la atmósfera nocturna que trata de recrear.

Como buena serie de Starz y de cable premium que es, P-Valley se cuece a fuego lento y se centra en descubrir las motivaciones de los personajes, de quién huyen o hacia dónde lo hace, más que intentar captar al espectador con mcguffins innecesarios. Además de enmarcarlo en un delata del Mississippi que es otro personaje en sí mismo. Para que os hagáis una idea, nos vamos a encontrar todos los elementos que suelen rodear a las series ambientadas en el sur de Estados Unidos. Quien entre en el juego de P-Valley, la va a disfrutar muchísimo, y para estos meses de verano, puede ser un visionado más que interesante.

P-Valley se estrena hoy en Starzplay de forma semanal.

‘The Great’, la inclasificable serie sobre Catalina La Grande

'The Great' es la nueva serie de StarzPlay original de Hulu, basada en la vida de Catalina La Grande

Catalina La Grande ha sido una de esas grandes monarcas que han pasado a la Historia. Su figura merece todas y cada una de las adaptaciones que se hayan producido porque su vida está llena de elementos narrativos muy jugosos: conspiraciones, asesinatos, infidelidades, ilustración , absolutismo… La última fue la miniserie coproducida por HBO y Sky protagonizada por Helen Mirren, que voló más bajo que las expectativas que teníamos con ella. Al contrario que su predecesora, The Great (que se estrena hoy en StarzPlay), no tiene su rigor histórico pero desde luego consigue ser más entretenida y dar un aire fresco a las series o películas de época, que desde luego, lo necesitaban.

The Great nos sitúa justo a la llegada de Catalina a la corte rusa, sonde se casará con Pedro. Al inicio de la serie, él ya reina cuando se casa, algo que tardó en ocurrir varios años. Ella, que tenía una concepción muy ilustrada y algo inocente de la vida, se lleva un chasco cuando se encuentra con una corte depravada, cruel y nada influida por las ideas que llegaban de la Europa Occidental. Harta de los malos tratos, y un poco de la estupidez de su marido, decide urdir un golpe de Estado con la ayuda de Orlov y su doncella.

La serie está protagonizada de forma majestuosa por Elle Fanning (Maléfica, The Neon Demon), que aporta la dosis justa de inocencia y que se erige en una superviviente en una corte en la que no es tarea fácil si no gozas del favor del zar. Pedro está interpretado por Nicholas Hoult (X Men), y también destaca con un papel de monarca niñato y caprichoso que provoca risas y asco a partes iguales. Bueno, más bien lo segundo. El principal apoyo de Catalina en su golpe de estado es Marial, su doncella, interpretada por Phoebe Fox (Curfew: Toque de queda) y su infiltrado en el gobierno será Orlov está encarnado por Sacha Dhawan (Dr. Who, Iron Fist). Una de las cosas que nos vamos a encontrar en esta producción, al hilo de Orlov precisamente, es que dentro de la corte veremos actores negros o de ascendencia hindú como es su propio caso. Una declaración de intenciones de que sus creadores no buscan rigor histórico. Y por eso no resulta llamativo para nada.

Hay que decir que The Great está escrita por Tony McNamara, guionista nominado a un Oscar por La favorita, la última película de Yorgos Lanthimos. Precisamente La favorita es la obra con la que mejor se puede comparar esta serie inclasificable en cuanto a su género. Y otra vez con otra mujer como reina, aunque en aquel caso fue una que pasó sin pena ni gloria. Catalina, en cambio, es muy útil, no sólo porque en su vida hay elementos de sobra para armar una buena historia como dije unas líneas más arriba, sino porque simboliza a la perfección los valores del empoderamiento femenino. Un personaje muy atractivo para revisitar en estos tiempos.

Elle Fanning protagoniza 'The Great', la serie de Hulu que vemos en StarzPlay

Si su ejemplo más cercano en cuanto a género lo encontramos en el cine, en televisión lo más parecido que hemos visto recientemente ha sido Dickinson. La serie de Apple es mucho más anacrónica que The Great, su protagonista actuaba totalmente como una persona de este siglo, tanto en lenguaje como en gesticulaciones. El personaje interpretado por Elle Fanning, sin embargo, mantiene las formas y el lenguaje de la época aunque claramente su forma de ver la vida no es la misma que se tenía en el siglo XVIII. Aunque lo que le importa a sus creadores es que Catalina llegue del punto A al B y darse más libertad en el camino.

A pesar de la primera escena en la que coinciden Catalina y Pedro, en la que cualquier espectador sacaría la conclusión cristalina de estar ante una comedia pura. The Great sí, se mueve en estos términos, pero es mucho más. Como comedia satírica y ácida que es, alterna momentos hilarantes con otros sumamente crueles hacia Catalina por parte de su marido como hacia animales u otros miembros de la corte. En cada episodio hay uno o dos momentos en los que hay que mirar hacia otro lado. Otros, en cambio, vivimos el drama que sufre Catalina. Al principio solo es decepción ante una vida que no esperaba, pero poco a poco se torna más oscura.

La producción de 'The Great', que se estrena en StarzPlay, está esctrita por el nominado a un Oscar, Tony McNamara

Otra cosa que me gustaría destacar es el nivel de producción de The Great. El nivel de detalle en los palacios y la ornamentación están por encima de muchas de las producciones de época «serias». Su iluminación y la composición de los planos la convierte en una serie muy atractiva de ver (como podemos ver en la imagen), aparte de lo atraídos que nos sintamos por la temática. A nivel artístico, todo desprende luminosidad gracias a una fotografía colorista que en ningún momento nos deja a oscuras como muchas de las producciones actuales. Y el vestuario merece un artículo aparte porque, aparte de añadir belleza a la serie, cuenta una historia en sí mismo.

Después de ver varios episodios, no queda lugar a dudas de que estamos ante una serie especial y diferente. Obviamente, no gustará a todo el mundo porque tiene una lenguaje que se mueve entre varios géneros y la falta de rigor histórico puede irritar a más de un fan de las series de época. Pero a cambio, The Great nos ofrece una comedia escrita con toda la acidez y el sarcasmo del mundo que busca ser una sátira, una crítica a lo que fue la monarquía europea y su reflejo en la sociedad actual, celebrando sus avances y apuntando a lo que todavía nos queda por mejorar.

The Great está disponible completa bajo demanda en StarzPlay