Spoilers sobre el final de la sexta temporada de Juego de Tronos
La sexta temporada de Juego de Tronos ya es «historia» (con minúscula) porque ya ha acabado e «Historia» porque ha supuesto otro hito para la televisión, poniendo el broche de oro con el magistral Vientos de Invierno, una obra maestra. Además, lo hace colocando a cada personaje en la casilla de salida para el último acto de la serie, que presumiblemente serán dos mini temporadas a semejanza de otras dos grandes como Mad Men y Breaking Bad. Así que vamos a ir desgranando cuáles han sido los puntos fuertes y débiles de esta temporada.
La serie y la novela
David Benioff y D.B Weiss tenían ante sí el reto de sobrevivir sin el material original que servía de base durante cinco temporadas. Pero ellos no querían sobrevivir, sino demostrar que podían ser igual o más brillantes (algunos dudábamos de ello). Es más, da la impresión de que la sexta temporada de Juego de Tronos se ha librado de un yugo que le oprimía, que le impedía ser un material audiovisual 100% y que de alguna manera se mantenía más literaria de lo que debería. La libertad de los showrunners ha provocado que veamos tramas más cerradas y con un formato un poco más artístico. Sirva como ejemplo la maravillosa secuencia de inicio de la season finale, con un montaje brillante y una música enorme.
La venganza es un plato que se sirve frío
La sexta temporada de Juego de Tronos nos ha mostrado varias venganzas. La más espectacular, por desproporcionada, ha sido la de Cersei contra el Gorrión Supremo y contra su rival, Margaery. En mi opinión no hay un personaje mejor que Cersei Lannister, una villana que no tiene ningún tipo de escrúpulos, que goza con el sufrimiento ajeno, pero a la que también hemos visto sufrir, y mucho. Ella lleva una carga considerable que la humaniza por un lado, pero la vuelve más fuerte y despiadada por otro. La secuencia inicial, como todo montaje paralelo bien ejecutado, recuerda a la escena final de El Padrino, con una mujer cansada de conspirar que decide tomar el camino corto para cumplir sus deseos, aunque ello conlleve la muerte de su propio hijo.
Arya Stark pensaba que ser una mujer sin rostro le permitiría cumplir su venganza con más posibilidades de éxito pero no contaba con que había ciertas reglas que no pensaba cumplir. Además, la financiación de los Hombres Sin Rostro la convertía en una asesina a sueldo. Con la lección aprendida y prácticamente dos temporadas de su línea argumental desperdiciadas, la menor de los Stark ha vuelto a la senda que no debió abandonar. Haciendo uso de una máscara y de la leyenda de los malos anfitriones cumplió una venganza que llevábamos esperando tres temporadas.
Mujeres poderosas
Desde el principio, la serie de HBO ha sido muy polémica por el tratamiento contra las mujeres, ya sea con los excesivos desnudos femeninos, o la misoginia imperante en Poniente. Eso es lo que Martin quiso que pensáramos pero nada más lejos de la realidad pues las mujeres son las verdaderas protagonistas del relato. Temporada a temporada han conseguido sobrevivir a los hombres y en esta sexta en todas las localizaciones, una mujer está al mando de la situación, y si no está, poco le falta.
Tras el final de la sexta temporada de Juego de Tronos, Cersei ocupa el Trono de Hierro, Daenerys comanda un tremendo ejército para destruirla, Arya es la mayor asesina de los Siete Reinos y Sansa ha conseguido su tan ansiada venganza sobre sus enemigos. Y no nos olvidemos de otros actores secundarios como Ellaria Sand y sus serpientes, Olenna Tyrell o de Yara Greyjoy, una mujer abiertamente homosexual que disfruta de los burdeles de la misma forma que los hombres. Vamos, que deja el Test de Bechdel a la altura del betún.
La resurrección de los Stark
La sexta temporada de Juego de Tronos se ha dedicado rehacer a la familia protagonista, que ha sido el juguete preferido de George R.R. Martin para jugar con los sentimientos del espectador. Poco a poco, los supervivientes de la familia van a reagruparse, convirtiéndose en uno de los bloques que lucharán por el Trono de Hierro. Además, son los únicos que saben que la verdadera amenaza llega desde el norte. Jon ya los ha combatido y su cometido ahora será convencer a los Siete Reinos para que se unan en contra de los Caminantes Blancos.
Pero dentro de Invernalia, en el fervor de todas las casas norteñas, la mirada entre Sansa y Petyr Baelish me han dejado muy inquieto. ¿Será capaz Meñique de convencer a Sansa para conspirar en contra de Jon? Arya consiguió huir de Braavos in extremis con una herida que mejor no comentar pero que nos regaló una de las venganzas más esperada por todos, la muerte del asqueroso Walder Frey. Bran ya está en el Muro y está a punto de reencontrarse con su familia, con una revelación que puede cambiar el destino de Poniente. Una pena que Rickon no supiera correr en zig zag, la alegría para los Stark podría ser completa.
La muerte ha perdido fuerza
Por poner una nota negativa, la muerte en la serie de HBO ha sido la clave para mantenernos alerta en todo momento, pues nadie estaba a salvo. En cualquier momento, por tranquilo que pareciera, podría caer nuestro nuevo personaje favorito. El acuchillamiento colectivo que sufrió Jon Nieve al final de la quinta temporada y su posterior resurrección han marcado un antes y un después. Cualquiera que tenga una sacerdotisa roja cerca puede volver a la vida aunque imagino que será un recurso que los showrunners se esforzarán en no repetir. Y todavía tenemos que saber qué se proponen la hermandad sin estandartes, quienes traman un plan que deja entrever que por ahí pueden ir los tiros, en esa conversación con Sandor Clegane.
El cine y las series de televisión son mi pasión, aunque la Edad de Oro de la pequeña pantalla me conquistó sobre todas las cosas. En Cultura Seriéfila analizo toda ficción que lo merezca con una dosis muy alta de opinión. También me podéis escuchar en el podcast de Cultura Seriéfila y eventualmente en La Jungla Radio.