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‘Roadkill’: entre la política y la melancolía

 

'Roadkill', la nueva miniserie de Hugh Laurie para BBC que emite en España Movistar+

Luego de protagonizar Avenue 5, para HBO, Hugh Laurie regresa a la pantalla con Roadkill, una breve serie de cuatro capítulos, en donde el carismático actor de la ya mítica House, interpreta al político británico Peter Laurence, un hombre cuya vida oscila entre los quehaceres gubernamentales y las trampas, turbias negociaciones y dineros conseguidos por cuestionados favores nada correctos para un respetado ministro, sea de donde sea. En esta ensalada de situaciones, su intimidad dista mucho de  ser ideal,  con  una esposa, Helen (Saskia Revees, Wolf Hall) que vive en un limbo de conformidad, y dos hijas lejanas, Lily (Millie Brady, Teen Spirit) y Susan (Ophelia Lovibond, Elementary) cuyo afecto obtiene sólo a migajas. Este pulcro caballero se verá enfrentado a un juicio del cual deberá salir con la bandera de la impunidad entre las manos, teniendo el favor de una ciudadanía que cree en su integridad, pero que comenzará a dudar de sus valores en este tira y afloja de eventos. Aquí, entrará en escena la periodista Charmian Pepper  (Sarah Greene, Dublin Murders) quien buscará alinearse con Rochelle Madeley (Pippa Bennett-Warner, Gangs of London) buscando pistas sobre turbios aspectos de la carrera del político. Este deberá zafarse del entuerto, para luego enfrentarse con la Primera Ministra del país, Dawn Ellison (Hellen Mc Crory, The Queen) quien lo pondrá a prueba tras asignarle un nuevo puesto, totalmente inesperado y que le obligará a modificar sus planes y proyectos. 

La serie se toma su tiempo desde el capítulo uno, constando con un buen número de personajes que formarán parte de las subtramas, unas más relevantes que otras, conformando un  rompecabezas de bordes un tanto romos, en donde las piezas necesitan una pausa para encajar. El primer giro importante de Roadkill, llegará desde los cuartos y rejas de una prisión estatal, lugar en donde se encuentra prisionera por fraude la joven Rose Dietl (Shalom Brune-Franklin). La reclusa, luego de conocer la identidad de su padre biológico, buscará la manera de contactarse con él, generando una serie de efectos y nuevos arcos que acabarán por estallar en una inteligente movida, hacia el final de la temporada. 

Roadkill es una serie clásica en donde el estilo va de la mano con un guion elaborado, que se sustenta en la intriga y la exploración de los personajes en un acto coral, donde la virtud es como un arbusto pisoteado por la bota de la arrogancia. El poder y las ambiciones conforman un universo de verdades y mentiras, en donde se vive y respira en un permanente estado de vigilia, en una niebla que confunde y embriaga a la vez. En este ambiente, se balancean códigos e introspecciones, valores tambaleantes sobre la familia, el matrimonio y las relaciones con los hijos, uniones fraternales que se convierten muchas veces en instrumentos, o en meras formalidades en esta selva política que rodea al protagonista. Aquello es como un perfume que cautiva y descoloca en una misma probada. Un nido enmarañado de amantes, de convenientes delitos, de cobardes por elección, individualidades que contrastan con idealistas incomprendidos que no temen a  la verdad, renunciando a la seguridad, el confort y el conformismo. Es una sopa multiforme de fecundos títeres y titiriteros, cada quien con una llave en la  cerradura del guion.

Hugh Laurie encabeza 'Roadkill', miniserie original de BBC que emite Movistar+

Aquello no siempre resulta y puede resultar redundante. No aburrido, pero lento, como los pasos del perezoso. Falta carbón en la fogata y a veces las cenizas están prontas a extinguirse. Sin embargo, cuando logra picar en la vena correcta, consigue drenar interés, con deliciosa y brumosa melancolía. 

La historia de Roadkill logra un retrato acertado de la alta clase política, con sus animales y pieles de oveja, yaciendo sobre lomos de viejos lobos al acecho. Cada uno de los invitados va por su propio trozo de pastel. Algunos por necesidad, falta de amor o de vitalidad. Otros, por mera competencia o compensación. Son caballos en la meta, que levantarán el polvo necesario para conseguir la diadema de flores en el podio. Es cínica e incorrecta. A ratos, da balidos en falso que desvían la atención, para regresar luego al corral, con brotes de genialidad. No es un thriller crispante. Ni un melodrama social. Está en el medio del camino. Con un fino humor negro, diálogos mordaces y una nube de soledad, brisa que sustenta una atmósfera otoñal de colores sobrios y distinguidos. Nunca es honesta a cabalidad. Llena de momentos reflexivos que siempre levantan sospecha, pondrá en jaque la honestidad que pretende exponer, siempre al borde de dudas, burdos engaños o trampas, situación que nos  dejará entre dos aguas e interrogantes. 

Peter Laurence se enfrenta a la fiscal y a una periodista en 'Roadkill'

Peter, es un antihéroe limítrofe, que recibe balas y las dispara, admirado y cuestionado en su impecable traje oscuro, lleno de defectos, sobriedad a toda prueba, y presa de la ambición. No intenta salvarse ni salvar sus relaciones. Las acepta por lo que son: piezas necesarias que son parte de su motor, de su construcción personal y de su oficio. Con esta fachada, la serie nos plantea las imperfecciones de la moral, sin caer en dramatismos, siendo afilada como las puntas de una mesa fabricada para ser el centro de atención, en una reunión de altos mandos. Lo impropio y lo cuestionable, no se esparce con torpeza. Es meticuloso. Porque el juego está en aquello. Aprovecharse de la manipulación, el poder y las debilidades que todos arrastramos, no con obviedades cliché, sino con rostros seductores, promesas y sonrisas. No será un crisol de novedades narrativas. Es cierto. Sus recursos, son predecibles y reconocidos. Sin embargo, funciona. Basta un poco de paciencia para llegar al huerto de frutos, en donde te recompensan unas jugosas y sólidas actuaciones, de aquellas que no defraudan. 

Roadkill no ganará el cielo ni la santificación, al igual que su protagonista. Sin embargo, deja abierta la brecha para la evolución de su ecosistema. Y si te lo tomas con calma,  disfrutarás de esta figura que cojea de pronto, pero que sigue adelante con un bonito bastón. Creo que vale la pena otra buena taza de té acompañada de la cautivante personalidad del político. Esperemos que regrese, mucho más punzante y curtida, directo al populismo televisivo. 

‘El escándalo de Christine Keeler’: el ‘A Very English Scandal’ femenino

'El escándalo de Christine Keeler', la miniserie de la BBC sobre el caso Profumo, se estrena en COSMO

Hoy lunes 22 de junio a las 23:00h el canal Cosmo estrena en exclusiva la miniserie de seis capítulos basada en el caso Profumo, El escándalo de Christine Keeler, un caso real acontecido en los años 60 que hizo tambalearse al gobierno británico. Por cortesía de la cadena hemos podido ver el primer episodio y personalmente me ha agradado mucho e invitado a seguir descubriendo más sobre la historia de Christine Keeler.

Escrita por la novelista y guionista galardonada con el BAFTA Amanda Coe y protagonizada por James Norton, Sophie Cookson, Emilia Fox, Ellie Bamber y Ben Miles. Esta producción ya se estrenó en diciembre en la BBC, recibiendo una gran acogida por parte de critica y publico. En ella se nos cuenta uno de los escándalos más polémicos de la historia política británica, que llevó a la joven Christine a un juicio que la expuso públicamente. ¿Cómo una joven que no llegaba a los 20 años puso en jaque la seguridad nacional?

Esta aspirante a modelo afincada en Londres a principios de los 60 se dio cuenta de qué su físico le podría ayudar a buscarse la vida. Inició un affaire con el ministro John Profumo a la vez que mantenía una relación con un espía ruso. Como es natural, estas relaciones fueron investigadas por el servicio británico de inteligencia, saliendo a la luz con consecuencias muy serias a nivel político. Y lo primero que pensaron es que Christine utilizaba informaciones de Profumo para pasárselas a los soviéticos en plena Guerra Fría.

Sophie Cookson y James Norton encabezan el reparto de El escándalo de Christine Keeler

El primer capítulo de El escándalo de Christine Keeler, que como dije anteriormente, es el que he podido ver, me ha gustado mucho. La historia se centra en las motivaciones que llevaron a Christine a comportarse así, dándole importancia a sus orígenes y sueños. Esto le da un carácter especial porque de momento se centra más en que conozcamos a este personaje y no tanto a esos gerifaltes que es lo qué suele ocurrir en éste tipo de producciones.

Por fin tenemos una versión del escándalo que no es la que se contó oficialmente, y tenemos la versión de Christine dándole un prisma femenino que no se había contado hasta el momento. Además, lo hace con un buen ritmo, buenas actuaciones, buena banda sonora y una ambientación de los 60 muy lograda. De hecho, por momentos nos recuerda a la otra serie que se basa en escándalos políticos en los 60 protagonizada por Hugh Grant. Podríamos decir que es la versión femenina de A Very English Scandal. Todo esto me ha despertado muchas ganas de continuar con la historia, así que estaré pegado al televisor los siguientes lunes para ver el desarrollo de está historia increíble pero real.3

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El escándalo de Christine Keeler se emite todos los lunes a las 23:00h en COSMO

‘Years and Years’: una ‘distopía’ muy real

'Years and Years', una de las miniseries más destacadas del año

Hoy hablaremos de una de las mejores miniseries de 2019, producción original de BBC y que en España podemos disfrutar a través de HBO. Aunque parezca imposible, aún tenemos el poder de sorprendernos con una buena historia distópica, pero factible, en la que un posible futuro cercano nos acecha y la indiferencia es un precio muy alto. Se trata de Years and Years, en la que vemos el mundo a través de los ojos de los Lyons, una familia de clase media inglesa y cómo afrontan los cambios sociales, desde el año 2019 hasta una década posterior.

Entre el fabuloso plantel de actores, tenemos a Rory Kinnear (Stephen), T’Nia Miller (Celeste), Anne Reid (Muriel), Ruth Madeley (Rosie), Jessica Hynes (Edith), Russell Tovey (Daniel), Maxim Baldry (Viktor) y Emma Thompson (Vivienne Rook), entre otros. La serie ha sido creada, por el guionista británico Rusell T. Davies, que nos ha dejado joyitas como Queer as Folk, Banana, Cucumber, Tofu y la gran A Very English Scandal.

En esta serie se conjugan el lado más nefasto de las políticas populistas, los adelantos tecnológicos, la homofobia y la xenofobia, aderezado con la caída de los mercados financieros y el extremo control del gobierno en situaciones de ámbito doméstico. Una dura crítica a los incidentes que ya estamos viviendo ahora en el llamado primer mundo.

Con Years and Years, he tenido una montaña rusa de sentimientos encontrados. Por un lado, experimenté la desconfianza a la tecnología, como lo mostrado por Charlie Brooker y su genial Black Mirror, donde los asistentes virtuales y altavoces inteligentes, monitorizan cada paso que damos y son testigos de nuestras conversaciones más íntimas. En otro momento, con la historia de Viktor y Daniel, tuve rabia, impotencia y mirando con otros ojos a los emigrantes y refugiados. O con la vida laboral caótica de Stephen y sus micro-empleos basura, después de la pérdida de todos sus ahorros. Con la difícil vida de Rosie, madre soltera con 2 hijos y padeciendo espina bífida, donde la burocracia limita su pequeño negocio y convirtiendo su barrio en una zona fortificada por la policía, para evitar el libre movimiento de los ciudadanos de segunda, me recordó a los inicios de los ghettos judíos en Alemania. Pero con el activismo de Edith, donde pone en riesgo su vida, y aunque no lo parezca, es un granito de arena para el cambio y la transformación, logré empatizar con esos que quieren un mundo mejor.

Emma Thompson tiene un papel secundario, pero muy importante en 'Years and Years'.

Uno de los grandes momentazos de la historia, es el discurso de Muriel, la abuela de los Lyons, que nos hace pensar en lo que estamos haciendo y cómo somos cómplices de todo lo que pasa y lo que ocasionamos con esas acciones. Ya estamos en una sociedad convulsa, debemos aprender de los errores y las malas decisiones, cuando compramos algo o votamos a determinada corriente política, sin cuestionarnos quién está detrás y que consecuencias tienen sus propuestas sociales y económicas. La tecnología puede ayudarnos, pero no debemos perder nuestra esencia humana y sobre todo, valorar nuestras libertades que ya hemos ganado, que después será muy tarde.

Years and Years está disponible bajo demanda en HBO España.

‘La chica del tambor’, la mini serie de espías con el sello BBC y John Le Carré

La coproducción entre BBC y AMC, 'La chica del tambor', se emite en #0 de Movistar+

Las novelas de John Le Carré cuentan con una gran cantidad de adaptaciones tanto al cine como a la televisión a lo largo de los años, normal teniendo en cuenta que son buenas y que se encuadran en el género de espías, al que el cine siempre ha sabido sacarle mucho partido. La referencia más reciente la tenemos con El Infiltrado (The Night Manager), también de la BBC. Ahora le llega el turno a La chica del tambor (The Little Drummer Girl).

La chica del tambor está ambientada en años después de la masacre de los Juegos Olímpicos de Munich en 1972. En pleno conflicto entre palestinos e israelíes, un grupo de agentes del Mossad traza un maquiavélico plan que consiste en infiltrar a una joven actriz inglesa, Charlie (Florence Pugh), dentro de una peligrosa célula terrorista que está asesinando a prominentes figuras judías. Será sometida a un duro entrenamiento psicológico para poder atrapar a Khalil.

El género de espías siempre ha llamado la atención de lectores y espectadores, desde el mismísimo James Bond hasta uno de los autores más reconocidos en este campo, John Le Carré, cuyas adaptaciones cinematográficas siempre han tenido algún punto destacable, incluso las más flojas. No puedo evitar acordarme de El jardinero fiel, que me encantó en su momento, o de El Infiltrado, una muy buena adaptación para la televisión como sólo los británicos saben hacer. La que nos ocupa hoy, La chica del tambor, ya contaba con una versión cinematográfica de 1984, sólo un año después de la publicación de la novela, dirigida por George Roy Hill y protagonizada por Diane Keaton.

En esta ocasión, el encargado de dirigir los seis episodios que componen la mini serie es Park Chan Wook, el aclamado director coreano, célebre por títulos como Old BoyThirst La doncella. Aunque me avergüence de ello, tengo que reconocer que no había visto nada de su filmografía. Cierto es que la dirección de La chica del tambor es uno de sus puntos fuertes, apoyada en una fotografía que nos teletransporta automáticamente a los años 70, así como la escenografía, el vestuario, la peluquería y el maquillaje. Todo ello consigue que parezca un producto rodado en la época que recrea.

La narrativa me ha parecido muy llamativa al mismo tiempo. Junto a una colección de planos muy arriesgados, destaco el rodaje de algunas escenas tomadas en plano general con la cámara fija, como una persecución que se da en el tercer episodio. En cuanto al fondo, la historia contiene todos los ingredientes típicos del espionaje, como la tensión, la seducción y ese doble juego que tanto nos gusta. Todos ellos muy bien transmitidos por el director. Además, maneja con mucho cuidado el conflicto judeo-palestino, adoptando una postura equidistante aunque sin dejar de lado la injusticia que vivieron (viven) hasta la creación del estado que merecen.

La protagonista de La chica del tambor ha resultado ser una grata sorpresa

También por los actores y actrices, entre los que hay que destacar al trío protagonista, sobre todo a Florence Pugh, todo un descubrimiento para mí, que consigue llevar sobre sus hombros todo el peso dramático sin pestañear. Dura, sensual e ingenua cuando tiene que serlo. Junto a ella sus dos reclutadores, Michael Shannon, que brilla más por su capacidad para transformarse en quien quiera sin parecer él, y que con sus registros consigue recrear de forma verosímil a un hombre de su época y estatus. Por último, Alexander Skarsgaard, que está bastante correcto como el entrenador emocional de Charlie, simulando ser el terrorista durante todo el proceso. Brilla menos, supongo que por la naturaleza de su papel más contenido que los demás.

En definitiva, La chica del tambor no es sólo una entretenida historia de espías, sino que va más allá gracias a un director que sabe lo que hace, y se luce, unas interpretaciones muy intensas que te dejan pegado a la pantalla y una historia consistente detrás, algo que siempre vamos a tener con John Le Carré.

La chica del tambor se emite en Movistar+ semanalmente, para luego estar disponible en la plataforma de V.O.D

A very English Scandal «Basado en Hechos Reales»

La nueva serie de Amazon y BBC se llama 'A Very English Scandal'

A partir del 19 de Octubre, a través de Amazon Prime, se estrena en España, una serie, que para mi sorpresa está basada en hechos reales, un recurso que, últimamente, se puede considerar sobreexplotado y manido. ¿Pero, cuál es la fórmula para que esta miniserie la disfrutaremos tanto y nos engancha a ver el siguiente episodio? La manera en que teje la maraña con los altos estamentos políticos en Inglaterra y conservadurismo de la sociedad, tapando algo que, por vergüenza, no podía ser admitido: el affair homosexual de un parlamentario, de prominente futuro político.

Grandiosa mini serie es A Very English Scandal, dirigida por Stephen Frears y escrita por Russel T. Davies (creador de Queer as Folk), está basada en la novela de John Preston. Entre el plantel de actores, podemos destacar a las magníficas actuaciones de sus protagonistas: Ben Wishaw (más conocido como Q, en las últimas del Bond de Daniel Craig) y Hugh Grant (nuestro galán, el embajador británico de la comedia romántica, recordado por: El diario de Briget Jones, Love Actually y Cuatro Bodas y un Funeral).

El formato de esta miniserie es de 150 minutos de duración, repartidos en 3 episodios de 50 minutos cada uno, es una co producción BBC y Amazon. En Reino Unido fue transmitida, semanalmente por BBC One, el 20 de mayo, siendo un éxito en audiencia, como era de esperarse, con esta controvertida historia, que llenó los tabloides amarillistas de la época. En España y el resto del mundo, será distribuida por la plataforma Amazon Prime Video.

Protagonistas de 'A Very English Scandal'

En esta adaptación, se muestra cómo a finales de los años 60, la homosexualidad acaba de ser despenalizada, solo legalmente, porque se sigue considerando un crimen moral en la sociedad, por lo que Jeremy Thorpe (interpretado magistralmente por Hugh Grant), el líder del Partido Liberal, tiene un secreto que insiste en ocultar. Y haciendo un tándem, tenemos la actuación soberbia de Ben Whishaw, como el romántico e ingenuo Norman Scott, el chico que se relaciona con Thorpe con nefastas consecuencias.

Y por enésima vez, diré que los actores están soberbios, la recreación de la época, el vestuario, la música, la ambientación muy precisa, en general, las situaciones no son forzadas en ningún momento. Contextualizando la historia de Thorpe con la época en que sucede, vemos cómo un escándalo puede convertirse en un tema mediático y el inicio de los primeros reporteros paparazzi, la prensa amarillista y los juicios transmitidos por televisión, sujetos al escarceo de campañas de desprestigio y del juicio paralelo por la sociedad. Debo confesar que he disfrutado muchísimo de la serie y creo que logra reflejar la historia sin ningún pudor, así como algunos temas, hoy día siguen siendo un tabú. ¿Logrará obtener Norman su deseada Tarjeta de la Seguridad Social? Ya lo veremos.

A Very English Scandal” se estrena el próximo 19 de octubre en Amazon Prime

Guerra y Paz: BBC y las adaptaciones literarias

La enésima adaptación de la novela de Tolstói llega a Movistar #0

Tengo un serio problema con la ficción televisiva británica que intento corregir pero no hay manera. Todo lo que viene de las Islas me da muchísima pereza aunque siempre acabo rendido ante sus acentos, su narrativa y sus actores, pero cuando se trata de empezar otra, vuelve la pereza. Entenderéis entonces que si la próxima gran serie de la BBC es Guerra y Paz, la pereza hay que multiplicarla por 10. Está claro que nadie vende como los americanos.

Llegados a este punto hay que preguntarse si era necesaria otra adaptación de la novela de Leon Tolstói, una de las mejores obras de la historia de la literatura. Una película de King Vidor, una serie de la propia BBC en los años 70 y una belga de 2007 no parecen suficientes para seguir sacando jugo a las complejas tramas que planteaba el escritor ruso. En mi opinión no era necesaria porque sus referentes han acabado siendo buenos clásicos, porque creo que hay series de época por encima de nuestras posibilidades y porque el mundo de la literatura está repleto de grandes obras maestras esperando a ser adaptadas como para que siempre le demos vueltas a las mismas. Estos argumentos nos echarían la crítica abajo así que vamos a suponer que sí era necesaria esta adaptación un poco modernizada de Guerra y Paz.

Para ello, la BBC ha recurrido a Andrew Davies, guionista de la House of Cards británica y productor de la americana, y todo un experto en adaptaciones de obras literarias clásicas como Orgullo y Prejuicio, Sentido y Sensibilidad o Vanity Fair. Grandes nombres de otras ficciones inglesas también en la producción ejecutiva, entre los que destaca el de Harvey Weinstein, aclamado productor de Hollywood. Dirige todos los episodios Tom Harper, que ha trabajado en series tan célebres como Misfits o Peaky Blinders. Delante de las cámaras, Guerra y Paz nos ofrece equilibrio entre actores jóvenes pero con una carrera en pleno auge como Paul Dano (12 Años de Esclavitud), James Norton (Happy Valley) y Lily James (Cenicienta, Downton Abbey), y secundarios veteranos que son los que dan empaque al producto como Brian Cox (The Slap), Jim Broadbent (London Spy), Stephen Rea (The Honourable Woman) o Gillian Anderson (Expediente X).

Grandes nombres en la nueva revisión de Guerra y Paz, de la BBC

Como suele suceder con la BBC, un ejemplo en todos los ámbitos, no se han escatimado recursos en la producción y se han ido a rodar a San Petersburgo y Moscú, la ambientación está muy lograda, el vestuario es impresionante con esos uniformes militares imponentes, etc. Pero Guerra y Paz no puede disimular de dónde viene y en ocasiones no podemos situarnos en la Rusia del XIX pues el perfecto acento y la actitud tan estirada de los actores nos traslada directamente a la Inglaterra victoriana. Ya, los aristócratas es lo que tienen, que parecen todos lo mismo pero no hubiera estado de más algún rasgo inequívoco de que estamos en Rusia para los profanos. En cuanto a la adaptación, para los que no hemos leído la novela, me parece un poco atropellada al principio, la presentación de los personajes me parece confusa y no queda del todo claro las relaciones entre todos ellos aunque imagino que será algo que veremos en los próximos capítulos.

El trabajo de los actores me parece impecable al menos de momento aunque los secundarios están un punto por encima, que demuestran que tienen mucha experiencia en papeles similares. Además, no hay nada más creíble que un actor británico, incluida Gillian Anderson, que se ha ganado el pasaporte. A Paul Dano todavía le queda mucho camino. También hay que destacar de las escenas de guerra, tan importantes para la narración, que están muy bien rodadas, con mucho realismo y la sensación de terror muy bien transmitida, tanto que nos parece que estamos dentro de la batalla. La única que hay en el primer episodio me ha recordado mucho a la secuencia que abría Salvar al Soldado Ryan, palabras mayores.

Grandes actores en la nueva adaptación de Guerra y Paz

En conjunto, Guerra y Paz me parece un producto muy conseguido, capaz de atraer a un público que no conoce la novela de Tolstói pero también para los fanáticos de las historias de época, que no quedarán decepcionados. Su narración es ágil, sus actores están correctísimos y está muy bien ambientada. En su contra, que no todos los días estamos para ver series de época y ésta, por mucho que sea alta literatura, no deja de ser otra más.

Guerra y Paz se emite en Movistar #0 los domingos a las 21.35h.

El Infiltrado, la perfección británica

La nueva serie de AMC y BBC, El Infiltrado (The Night Manager)
El Infiltrado (The Night Manager) vía AMC

La BBC y la AMC americana se han unido para producir El Infiltrado (The Night Manager), una miniserie de seis episodios basada en la novela homónima de John Le Carré. La serie, que cuenta con un presupuesto de 30 millones de dólares y un reparto de lujo, está dirigida en su totalidad por la cineasta danesa Susanne Bier. Como no podía ser de otra forma, el resultado es espectacular y estamos sin suda ante uno de los productos más apetecibles de lo que llevamos de año.

El Infiltrado nos traslada a la Primavera Árabe de 2011 en Egipto, justo cuando el gobierno de Mubarak cae fruto de las protestas populares en la Plaza Tahrir, una diferencia crucial con respecto a la novela, que estaba localizada en Centroamérica y su problemática endémica, los sicarios y el narcotráfico. Muy hábilmente, el guionista David Farr ha actualizado la trama y prácticamente ha cambiado la serie de género, pues lo que podría haber sido más parecido a Narcos ha acabado siendo algo más Homeland, con todo lo que ello conlleva.

El Infiltrado es la decimosexta adaptación de una novela de John Le Carré, ya sea al cine o a la televisión, prueba obvia de que a sus obras les sienta muy bien el cambio de formato, que el género de espías y conspiraciones es muy atractivo para el gran público y que, por supuesto, son buenos trabajos. En este caso, David Farr le da visibilidad a un problema que está detrás de cada conflicto en el mundo, que es el contrabando (o simplemente, venta) de armas a regímenes que acabarán usándolas contra sus ciudadanos. El dilema que se plantea el protagonista, y el espectador, es si es ético e incluso legal que tu país venda armas a un régimen totalitario, y claro está, si se puede hacer algo por impedirlo. A partir del piloto, lo que esperamos es un drama de espías clásicos que, debido a su corta duración, promete ser de lo más intenso e ir directamente al grano de la cuestión con la honestidad y la libertad que suele hacerlo la BBC.

House en El Infiltrado (The Night Manager)
Vía AMC

La cadena británica y AMC han apostado muy fuerte por esta historia y se nota en los grandes nombres que hay detrás y delante de las cámaras. Para empezar, le han confiado la dirección de los seis episodios a Susanne Bier, la cineasta danesa me parece una elección acertada por su sensibilidad y su gusto por los paisajes e imágenes bellas, como así confirma el piloto de El Infiltrado, cuya fotografía es exquisita y su producción totalmente cinematográfica. Al otro lado de la cámara, los dos actores protagonistas le dan empaque y visibilidad al producto. Tom Hiddleston lo tiene todo para brillar en esta historia de espías, belleza, fotogenia, carisma… No es de extrañar que si acaba siendo James Bond, esta serie sea su prueba de fuego. Como antagonista tenemos a Hugh Laurie, un actor versátil al que el papel le viene muy bien para explotar el cinismo y la mala leche que tenía su personaje más célebre, el Doctor House.

Todos estos ingredientes contribuye a que El Infiltrado sea una de esas series perfectas británicas, tanto que pueden parecer un poco frías pero siempre logran encandilar a la crítica y meterse al público en el bolsillo. Y estando la BBC de por medio, siempre acaba planteando dilemas morales y siendo tema de conversación. 

El Infiltrado se emite todos los miércoles a las 22.10h en el canal AMC España.