Quedan pocas horas para que comience la última tanda de episodios de Mad Men y ya huele a final. Ya la estoy echando de menos, en realidad desde que se anunció su final siento nostalgia y desasosiego por perder de vista a estos publicistas de Madison Avenue y su loco estilo de vida. La serie de AMC se ha convertido en un referente histórico, estético, narrativo, feminista y que nos ha presentado a la figura del showrunner total. Estos aspectos son lo que convierten a Mad Men en una obra de arte.
Rigor histórico
Los libros de texto nos pueden explicar a grandes rasgos la historia de una determinada civilización o tiempo concreto pero Mad Men nos ha contado la vida, directamente en nuestros salones, de Estados Unidos en los años 60 centrándose en unos personajes que ejemplifican a la perfección el profundo cambio social que se produjo en esa década. El asesinato de Kennedy o Luther King, la revolución feminista, los disturbios raciales, la Guerra de Vietnam o la llegada del hombre a la luna contada con el rigor histórico de un documental pero ficcionado y entrando en las casas de los personajes y viviendo sus vidas de primera mano.
Narrativa
Ya lo vimos en otras obras maestras como Los Soprano, Matthew Weiner se mete en la cabeza de los protagonistas, en su psicología, creando personajes y situaciones verdaderamente complejas. A veces no comprendemos en primera instancia determinadas acciones, pero como un perfecto engranaje todo va encajando capítulo a capítulo. Los detractores de Mad Men dicen que nunca pasa nada, pero se equivocan totalmente pues pasan demasiadas cosas, pero son tan complejas y profundas que muchos no saben verlas. Lo que pasa en Mad Men es la vida.
Estética
La estética es uno de los rasgos distintivos de Mad Men. El diseño de vestuario es espectacular, mientras la sobriedad en la indumentaria masculina representa la decadencia del hombre de los 50, el color en los vestidos de las mujeres representa el florecimiento de ellas, que a partir de este momento tomarán las riendas de su propio destino. También el diseño de producción es crucial para conseguir la unidad estética de la serie, los decorados y las (pocas) localizaciones que aparecen están muy conseguidos. Y, como no, la fotografía de la serie hace el resto, con sobriedad y mucho estilo nos presenta unas imágenes bellísimas.
Feminismo
Siempre se dice que Mad Men es una serie de mujeres aunque no lo parece. Los hombres empiezan teniendo el mando en el trabajo y la familia pero a lo largo de las siete temporadas han ido perdiendo el poder en favor de sus compañeras de trabajo o sus esposas sin darse cuenta de ello. La revolución feminista se deja sentir en cada minuto de la serie gracias a unos personajes femeninos muy fuertes y modernos, modernos incluso para esta época donde el papel de la mujer todavía está muy por debajo. Ya desde la sala de guionistas se puede sentir el cambio pues siete de los nueve guionistas principales son mujeres.
Showrunner total
Matthew Weiner ha trabajado en la creación de Mad Men desde 1999, por lo que podemos decir que es el trabajo de su vida. La figura del showrunner ha adquirido una nueva dimensión gracias a él. Se ocupa de los guiones, de la dirección y de todos los aspectos de la producción y da luz verde al trabajo de todos los profesionales del equipo. Muchos le han tachado de excesivamente controlador y probablemente sea difícil trabajar a su lado pero eso es algo que se agradece como espectador. La perfección que busca Weiner en todos los estratos del equipo se palpa en pantalla y, a pesar de que nada es perfecto, hay que reconocer que Mad Men lo parece demasiado.
El momento ha llegado. Esta noche, a partir de las 21:30 en Canal+ Series y en versión original subtitulada empezamos la cuenta atrás con el octavo capítulo, titulado Severance (Ruptura). Os dejamos unas fotos para abrir boca, cortesía de Canal+.

El cine y las series de televisión son mi pasión, aunque la Edad de Oro de la pequeña pantalla me conquistó sobre todas las cosas. En Cultura Seriéfila analizo toda ficción que lo merezca con una dosis muy alta de opinión. También me podéis escuchar en el podcast de Cultura Seriéfila y eventualmente en La Jungla Radio.