En esto del show business hay proyectos de todo tipo. Algunos son pequeños y resultan ser grandes sorpresas de crítica y público, y dan a conocer a actores, actrices, showrunners y directores. Otros, simplemente utilizan estos nombres para atraer a una audiencia cautiva de éstos nombres. Por supuesto, Homecoming pertenece al segundo grupo, porque tenía a la superestrella y tenía al director y showrunner de moda, Sam Esmail (Mr. Robot). Muchos fans de «la novia de América» pudieron sentirse estafados tras comprobar que no, no era una comedia romántica, o que era un producto demasiado raro para ella. Otra parte del público, más atraído por ficciones que les estimulen intelectualmente, entró rápidamente en el juego. Pero lo que ni unos ni otros se planteaban es que para la segunda temporada de la serie, ambos, director/showrunner y estrella estuvieran fuera del proyecto en su siguiente entrega.
Fuera en lo que respecta a sus puestos de la primera temporada, porque tanto uno como otra, siguen en labores de producción ejecutiva. Esta vez, al mando de los guiones están los creadores del podcast en el que se basaba Homecoming, Eli Horowitz y Micah Bloomberg, y la dirección ha corrido a cargo de Kyle Patrick Álvarez. La nueva protagonista es la cantante Janelle Monáe, quien ha demostrado, al menos, valentía para ocupar el lugar que ocupaba Julia Roberts. Volvemos a ver a Hong Chau (Audrey Temple), Alex Karpovsky como Craig y a Stephan James como Walter Cruz y Bobby Cannavale como Colin Belfast. Además, se suman al elenco Joan Cusack y Chris Cooper, que da vida al fundador de la empresa, Leonard Geist. Pero, ¿qué nos cuenta la segunda temporada si la historia parecía bien cerrada?
Una chica llamada Jackie se despierta en una barca sin saber quién es y cómo ha llegado hasta allí, a lo lejos ve un hombre que huye al ver que ha sido descubierto. Poco a poco la chica se va haciendo a la idea de quién puede ser pero no de por qué llegó perdió la memoria. Al mismo tiempo, en Geist vamos viendo las consecuencias del golpe de efecto de Audrey en su reunión con Colin. Por otro lado, el soldado Walter Cruz parece empezar a recordar algo.
El final de la primera temporada de Homecoming, que nos había dejado más o menos satisfechos, nos obliga a hacernos la pregunta de si esta temporada es necesaria o no. La respuesta es ‘no’, pues los cabos que quedaron sueltos formaban parte de la narrativa atrevida que nos propuso Esmail. Ahora bien, con la serie renovada y obligados a continuar, no creo que el resultado haya sido malo ni mucho menos. Lógicamente, hemos perdido el factor sorpresa y la narrativa se antoja continuista, siempre teniendo en cuenta que sigue arriesgando más que el 80% de las series. Nos intriga ver quién es el personaje de Janelle Monáe y qué lugar ocupa en el tablero, pero no consiguen crear el grado de compromiso que teníamos en la anterior entrega.
Quizás lo más llamativo de Homecoming era su propuesta formal, que al que escribe fascinó hace ya dos años. La marcha de Esmail no ha supuesto ningún cambio en la forma de dirigir y planificar la estética tan especial que tiene. Kyle Patrick Álvarez conserva casi todos los elementos tales como la pantalla partida, la música inquietante constante y a un volumen más alto de lo normal, los movimientos de cámara, los planos secuencias (hay uno espectacular en el segundo episodio), y esos títulos de crédito donde continuaba la acción en segundo plano. Pero pierde dos cosas que creo importantes, una es la relación de aspecto de la pantalla, que se volvía cuadrada en los flashforwards o los audios que anclaban la serie al podcast y que, desde luego, demostraba la procedencia de la serie. Ambas cosas se echan de menos, pero si lo que te gustaba era la propuesta formal, te gustará también la segunda temporada.
Personalmente, me gustó muchísimo la primera temporada de Homecoming, acabó muy arriba en mi lista de mejores series de 2018. Su final me parecía abierto pero lo suficiente como para dejarlo ahí, sobre todo tras la fuga de Roberts y Esmail. Pero tras ver más de la mitad de la serie, me ha gratificado volver a esta forma de contar historias tan original. Es verdad que no tiene nada nuevo que ofrecer, ni temática ni formalmente pero creo que puede ser un gran plan de fin de semana, teniendo en cuenta que sus episodios duran media hora y se han visto reducidos de diez a siete. Por tanto, si la ves, puedes ganar más de lo que pierdes.
La segunda temporada de Homecoming se estrena hoy 22 de mayo completa en Amazon Prime Video

El cine y las series de televisión son mi pasión, aunque la Edad de Oro de la pequeña pantalla me conquistó sobre todas las cosas. En Cultura Seriéfila analizo toda ficción que lo merezca con una dosis muy alta de opinión. También me podéis escuchar en el podcast de Cultura Seriéfila y eventualmente en La Jungla Radio.